Daniel 1

¿Es posible vivir con integridad en un mundo lleno de compromisos?

La historia de Daniel nos deja más que una lección histórica: nos regala dos principios eternos que siguen vigentes para quienes desean honrar a Dios hoy.

Primero: una convicción interior puede vencer cualquier presión exterior.

¿Cómo? Con el poder de Dios de nuestro lado. Pero ese poder no se activa en el momento de la tentación, sino antes. Daniel decidió mantenerse puro antes de oler el banquete. Nosotros también debemos decidir antes de que lleguen las propuestas, los halagos o las presiones.

Segundo: las convicciones que honran a Dios producen recompensas que vienen de Dios.

Daniel no tenía control sobre el rey, ni sobre su educación, ni sobre las circunstancias que lo rodeaban. Pero sí tenía control sobre su actitud. Y eligió honrar a Dios con su mente, su cuerpo y su conducta. ¿El resultado? Dios se encargó de lo demás: su salud, su favor ante las autoridades, su sabiduría y su legado.

Tú y yo también vivimos en una especie de “Babilonia”. Cada día enfrentamos los ídolos modernos del dinero, la imagen, el poder, la fama o la aceptación social. ¿Cómo podemos vivir aquí sin perdernos? Imitando a Daniel. Decidiendo en el corazón a quién vamos a honrar. Y pidiendo al Señor la ayuda divina que solo Él puede dar. No será fácil… pero será posible. Dios honra al que lo honra.

No necesitas cambiar el mundo para ser fiel. Solo necesitas decidir a quién vas a obedecer… y hacerlo día tras día.

Adaptado de la guía de estudio, Daniel -El modelo de Dios para el futuro, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.