1 Pedro 3:15

Créalo o no, su testimonio personal es una de las herramientas más poderosas y motivadoras que Dios le ha dado para alcanzar a los no creyentes con el Evangelio. Ahora, no estoy hablando acerca del tipo de “fanfarrón” eclesial, tan común y generalizado. Todos hemos bostezado y lamentado al escuchar a otros deambular y predicar a través de un supuesto testimonio—el que era tan fresco, motivador y sabroso como lo sería una lechuga tibia que ha estado expuesta a temperatura de ambiente por un mes.

¡Esa clase de testimonio nunca ha atraído a nadie!

Quisiera ayudarle a llevar a cabo el proyecto de preparar su testimonio, para que se convierta en un misil poderoso y efectivo que sea lanzado de manera regular desde sus labios a los oídos de los inconversos. Considere estas cinco sugerencias:

  1. Usted desea que lo escuchen, entonces hágalo interesante. Nadie, no importa cuán misericordioso sea, disfruta que lo aburran. Es una contradicción hablar de lo realmente emocionante que es Cristo, y hacerlo de una manera poco interesante. Trabaje en las palabras que usará, el fluir de sus pensamientos y sus palabras claves. Recuerde, la persona no es salva, por lo que evite las típicas frases religiosas y la terminología difícil de entender.
  2. Usted desea que le entiendan, entonces sea lógico. Cuando considere su salvación, le sugiero que piense en términos de tres fases. . . y construya su testimonio teniéndolos en cuenta: (a) antes de que naciera de nuevo —la soledad, la falta de paz, la ausencia de amor, la inquietud y los temores; (b) la decisión que revolucionó su vida y (c) el cambio, la diferencia que Cristo ha hecho en su vida desde que usted lo recibió.
  3. Usted desea ser claro en cuanto al momento en que nació de nuevo, sea específico. Sea extremadamente cuidadoso con esto. No sea por nada poco claro sobre cómo llegó a ser un cristiano. Hable de Cristo, no de la iglesia. Haga referencia a la decisión que tomó, el momento preciso en que usted recibió al Señor. Sea simple y directo. Ponga el énfasis en la fe más que en los sentimientos.
  4. Usted desea que su testimonio sea usado, entonces sea práctico. Al hablar, hágalo de manera humana y honesta. No prometa que «todos sus problemas se acabarán si usted se convierte en cristiano», porque eso no es cierto. Al hablar, trate de pensar como lo haría un inconverso. Determine no dedicarse a partir pelos teológicos. No se permita arrancarles las alas a las moscas religiosas. Los asuntos teóricos no le llamarán tanto la atención a él o ella como lo hará la realidad práctica.
  5. Usted desea que su testimonio produzca resultados, entonces sea cálido y genuino. Una sonrisa derriba más barreras que los martillazos de los datos fríos y concretos. Sea amigable y sincero. Deje que su entusiasmo fluya libremente. Es difícil convencer a otra persona de que conocer a Cristo es una inmensa alegría y algo maravilloso, si usted lleva puesta una cara como la del guardia de una cárcel. Pero por encima de todo lo demás, sea positivo y cortés.

Pondere sobre estas cosas, mi amigo. Pídale a Dios que abra sus labios suyos y que conceda honor a sus palabras. . . pero ¡tenga cuidado! Una vez que su misil dé en el blanco, usted se volverá totalmente insatisfecho con lo que su vida terrenal era antes, como un santo en el servicio secreto.

Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.