Salmo 31:1

En ti, oh Jehová, he confiado.

Salmo 31:1

Bajo la cerradura y llave del cielo, estamos protegidos por el sistema de seguridad más eficiente disponible: el poder de Dios. No hay manera de perderse en el proceso del sufrimiento. Ningún desorden, ni enfermedad, y ni siquiera la muerte misma puede debilitar o amenazar la protección máxima de Dios en nuestras vidas . . .

«Dios está entre ti y todo lo que amenaza tu esperanza y amenaza tu bienestar eterno», escribió James Moffatt. «La protección aquí es total y directamente obra de Dios».

Dos palabras lo ayudan a uno a hacerle frente cuando la esperanza está muy baja: aceptar y confiar.

Aceptar el misterio de la adversidad, del sufrimiento, de la desventura o del maltrato. No tratar de entenderlo o explicarlo. Aceptarlo. Luego, deliberadamente confiar en que Dios lo protegerá a uno con su poder desde este mismo momento hasta la Aurora de la eternidad.

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.