Daniel 1:12

¿Cómo defender tu fe sin cerrar las puertas?

Después de decidir en su corazón no contaminarse, Daniel no se volvió desafiante, ni reaccionó con arrogancia espiritual. No protestó, no exigió… pidió permiso. Con sabiduría y respeto, buscó un camino que honrara a Dios sin deshonrar a su superior.

«…pidió permiso al jefe de los oficiales para no contaminarse» (Daniel 1:8b, NBLA).

La fe genuina no necesita gritar para ser firme. Daniel usó una estrategia sabia: dialogó con el oficial a cargo, escuchó su preocupación —la amenaza de perder la cabeza si las cosas salían mal— y propuso una solución:

«Por favor, ponga a prueba a sus siervos por diez días… que se nos dé legumbres para comer y agua para beber. Luego compare nuestro aspecto… y proceda con sus siervos conforme a lo que vea» (Daniel 1:12–13, NBLA).

¡Qué equilibrio tan admirable! Daniel se mantuvo fiel a sus convicciones sin ser ofensivo. No impuso su voluntad, pero tampoco la comprometió. Propuso una alternativa razonable y mostró consideración por la posición del oficial. Su seguridad no venía de su plan… sino de su Dios.

La sabiduría bíblica siempre combina verdad con gracia, convicción con cortesía. Como dijo el apóstol Pedro siglos después: «…estén siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia…» (1 Pedro 3:15).

¿Estás enfrentando una situación en la que necesitas mantenerte firme? Hazlo como Daniel: con convicción… y con tacto.

La sabiduría consiste en decir la verdad con gracia y actuar con fe sin faltar al respeto.

Adaptado de la guía de estudio, Daniel -El modelo de Dios para el futuro, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.