Daniel 2:17–45

¿Qué haces cuando te piden lo imposible?

Babilonia presume sabios; Daniel presume a Dios. Cuando Nabucodonosor exige lo imposible, Daniel no improvisa fórmulas ni presume dones. Reconoce sus límites y proclama con humildad:

«Pero hay un Dios en el cielo que revela misterios» (Daniel 2:27–28, NBLA).

El sueño del rey bosqueja monumentos humanos que se alzan y caen, y una piedra no cortada con mano que desmenuza la estatua y levanta un reino que no será jamás destruido (cf. Daniel 2:44–45, NBLA). Ese es el plano de Dios para el mañana: los reinos humanos son temporales; el de Dios, eterno.

En tiempos turbios, la fe bíblica no es negación de la realidad; atiende otra más profunda: Dios gobierna la historia. Por eso Daniel ora antes de actuar, pide a sus amigos interceder, y cuando llega la revelación, otorga la gloria al Autor de la luz (cf. Daniel 2:17–23).

¿Está tu agenda de hoy colmada de incógnitas? Da el primer paso de Daniel: reconoce tu insuficiencia, busca a Dios en oración, y camina obedeciendo la porción de la verdad revelada que ya tienes. No necesitas conocer el futuro para dar un paso de fe. La sabiduría que necesitas no nace del ruido ni del afán, sino del silencio reverente en la presencia del Dios que revela misterios.

Cuando no veas salida, confía con humildad: «Hay un Dios en el cielo que revela misterios». Ora, obedece la verdad revelada que tienes hoy y deja los resultados en Sus manos.

La verdadera sabiduría comienza cuando reconocemos que solo Dios tiene el control absoluto del mañana.

Adaptado de la guía de estudio, Daniel: God’s Plan for the Future, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.