Daniel 2:39a
¿Qué haces cuando lo que parecía eterno, se desploma?
«Y después de ti se levantará otro reino, inferior al tuyo» (Daniel 2:39a, NBLA). Nadie construyó para durar como Babilonia. Sus murallas dobles, de casi 90 metros de altura y 30 de grosor, parecían inexpugnables. El río Éufrates cruzaba su interior, asegurando provisión y defensa. Sin embargo, la noche llegó… y el imperio cayó sin batalla.
En el año 539 a. C., los medos y persas desviaron el río, entraron por las compuertas y tomaron la ciudad. El oro dio paso a la plata. El cetro cambió de manos. Y una vez más se confirmó: ningún sistema humano es eterno.
El sueño del rey no es solo un vistazo al futuro; es una lección para cada generación. Lo que parece invulnerable hoy puede desmoronarse mañana. Quizá confías en tu empleo, tus ahorros, tu reputación… pero ¿qué pasa cuando todo tambalea?
La Palabra recuerda que lo único que permanece es el Reino que no se destruye. Todo lo demás—por fuerte que parezca—es barro bajo los pies de la historia.
Hoy, vive sin temor, pero también sin idolatría. No pongas tu esperanza en fortalezas humanas. El Dios que gobierna la historia tiene la última palabra.
No hay muralla que dure más que la voluntad de Dios. Confía en el Reino que nunca será derrocado.
Adaptado de la guía de estudio, Daniel: God’s Plan for the Future, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.