Daniel 2
¿Qué tan firme permanece tu carácter en medio de una cultura que lo desafía?
Babilonia era una ciudad fascinante y opulenta. Su esplendor arquitectónico, avances intelectuales y poderío político la convertían en la joya del mundo antiguo. Pero también era el centro de idolatría, orgullo y corrupción. En ese contexto, Dios planta a Daniel—un joven judío, exiliado y extranjero—como Su representante.
Lo impresionante no es solo la inteligencia o la habilidad interpretativa de Daniel, sino su carácter inquebrantable. Rodeado por sabios paganos, manipulación política y presión espiritual, él se mantiene íntegro. Daniel no compromete su fe ni negocia sus convicciones por comodidad o aprobación.
En cada ascenso, mantiene su humildad. En cada reto, conserva su fe. Y en cada decisión, exalta a Dios por encima de todo. Su ejemplo nos recuerda que no basta con brillar de vez en cuando; hay que brillar constantemente, aun cuando todo alrededor quiera apagar la luz.
Tú y yo vivimos en una cultura que, como Babilonia, aplaude el éxito, pero minimiza la santidad. Que admira la inteligencia, pero ridiculiza la fe. Hoy más que nunca, necesitamos creyentes con convicciones profundas y carácter firme.
No cambies tu carácter para encajar en Babilonia. Mantente fiel, porque Dios usa a los íntegros para cambiar imperios.
Adaptado de la guía de estudio, Daniel: God’s Plan for the Future, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

