Mientras estaba en el seminario formé un hábito que me ha ayudado inmensamente en los casi 50 años de ministerio pastoral. Le pedí a mi hermana artista, Luci, que me dibujara en un letrero rectangular pequeño, una pregunta sencilla y breve, que luego colgué en la pared frente al escritorio en donde yo paso gran parte de mi tiempo.

Solo letras negras en una cartulina blanca, encerradas entre signos de interrogación:

¿CUÁL ES TU MOTIVO?

Ya no necesito el letrero, pero la pregunta ha quedado indeleblemente grabada en mi mente. Me la hago casi todos los días de mi vida. Ha resultado ser un punto esencial de verificación que aplico regularmente:

¿Por qué estás planeando esto?

¿Cuál es la razón para que hagas esto?

¿Por qué dijiste que sí (o que no)?

¿Cuál es el motivo para escribir esta carta?

¿Por qué te entusiasma esta oportunidad?

¿Qué es lo que te lleva a poner sobre la mesa ese tema?

¿Por qué mencionaste a tal persona?

¿Cuál es tu motivo, Swindoll?

Preguntas penetrantes, inquisitivas, aleccionadoras.

Debido a que la senda del servicio es tan peligrosa, es preciso que cultivemos un andar sensible con Dios, caracterizado por la obediencia.

—Chuck

1 Comments

  • Pastor Swindoll, con gratitud le escribo por sus mensajes, todos los cientos que he escuchado por años, pero estoy más agradecido por estas lineas tan reconfortantes para mi alma abatida y desilusionada algunas veces. Amo el ministerio de la Palabra y deseo con todas mis fuerzas que Esta sea esparcida en todos los continentes. el trabajo de Dios a través de ustedes es grande, adelante buen guerrero, le mando un afectuoso abrazo.
    John posada Restrepo
    Ps.Iglesia Bíblica de Jesucristo
    Bogotá Colombia.

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