Mi recomendación para los que estamos dedicados al ministerio es: mantenga un equilibrio saludable. Estos son diez consejos que he hallado útiles:

  1. Debido a que usted enseña, manténgase siempre siendo un buen estudiante.
    Permanezca enseñable.
  2. Lea más.
  3. Escuche mejor (especialmente a su esposa).
  4. Esté listo para cambiar. ¡Y cambie!
  5. Admita su error cuando se ha equivocado.
  6. Manténgase firme cuando sabe que está en la verdad (pero sea amable).
  7. Debido a que usted ha sido llamado a ser un líder, siga bien.
  8. Usted no puede hacerlo todo, así que, delegue.
  9. Usted tiene un gran trabajo que hacer. Así que permita que otros le ayuden a hacerlo.Y cuando lo
    hagan bien, asegúrese de que ellos reciben el crédito.
  10. El ministerio es trabajo serio, así que mantenga un buen sentido del humor.

Este es un consejo adicional: Tome a Dios en serio pero no se tome usted mismo demasiado en serio.

Permítame ampliar esto último, porque nosotros, los pastores, lo necesitamos más que los demás. Cuando usted
escuche las grabaciones de sus sermones (sí, está bien admitir que usted lo
hace) le animo a que no tenga miedo de reírse de las necedades que dice en el
púlpito. Yo lo hago regularmente. No puedo creer algunas de las tonterías que he dicho. Es suficiente
para reducirlo a uno al tamaño de una hormiga.

A veces es bueno que nosotros los
pastores nos veamos nosotros mismos como hormigas.

Nos mantiene mirando hacia arriba.

—Chuck