En cada ministerio hay por lo
menos tres cosas esenciales que producen una atmósfera de gozo y cooperación. Estas
son los objetivos, las personas, y los lugares.
En primer lugar, lo que sea que Dios planea, Él le da
seguimiento. Eso tiene que ver con el
ministerio esencial de objetivos. No hay nada de malo con tener una declaración
de la misión claramente definida, que de
dirección y propósito a la visión del ministerio. De hecho, eso es lo correcto para hacer siempre
y cuando sea el Señor que provea la dirección. El plan de Dios se desarrolla de
forma que deja perpleja la sabiduría humana y a veces desafía el sentido
común. Pero es Su plan. Los objetivos son esenciales cuando son Sus objetivos, no los nuestros.
En segundo lugar, a quien sea Dios escoge, Él le usa. Eso tiene que ver con el ministerio esencial
de personas. Y, debo añadir rápidamente, las personas que
Dios escoge nunca son perfectas. Y eso me
incluye a mí. Eso le incluye a usted. De hecho, somos más útiles como pastores
cuando aceptamos esa realidad…y confiamos en Él aun con nuestras
imperfecciones.
En tercer lugar, a quien sea que Dios elige, Él le envía. Eso tiene que ver con el ministerio esencial
de lugares. Me encantaría que Él enviará a toda la gente talentosa
a la iglesia que pastoreo, a la Iglesia
de la Comunidad de Stonebriar. ¡Y
desearía que Él nunca dejara que se fueran!
Ese deseo está basado en mi limitada perspectiva humana. Nunca he hecho una oración así, pero he sido
tentado orar, “Señor, mándanos a todos los buenos y mantenlos aquí para
siempre. Nunca te los lleves a otro
lugar.” (¡Siendo imperfecto, soy capaz
de hacer algunas oraciones egoístas!)
Sin embargo, el plan de Dios
incluye llevarse de entre nosotros a gente muy talentosa y enviarla a otro
lugar. De aquellos que sirvieron en
Antioquía, Dios eligió enviar a Bernabé y a Saulo (Hechos 13:1-2).
Sus métodos no son nuestros
métodos. Sus lugares no son los lugares que nosotros escogeríamos ir. Nada de esto importa. Lo que importa es esto: Dios envía a la gente
que Él quiere al lugar donde Él los quiere.
Entre más pronto entendamos y aceptemos esta verdad, más satisfechos
estaremos con cualquiera que sea Su decisión.
—Chuck