No necesitas tener todas las respuestas. Solo necesitas conectarte con el Dios que revela misterios, y hablar Su verdad con valentía y compasión. No para condenar, sino para invitar. No para señalar, sino para anunciar: El Reino viene… y ya está entre nosotros.
Vida Cristiana
¿Y si tú eres la estatua?
La santidad no es apariencia; es coherencia entre lo que dices y lo que vives cuando nadie te aplaude. El Reino de Dios no se edifica sobre doblez, sino sobre verdad. No se sostiene con mezcla, sino con pureza. Hoy, Dios no quiere destruir lo que has construido, sino reemplazar lo falso con lo eterno.
Sueños dorados… que terminan en polvo
Hoy, rinde al Señor tus planes más preciados. Pregunta: ¿qué parte de mis metas está motivada por el ego y cuál por la obediencia? Pide al Espíritu que reordene amores, prioridades y ritmos. Invertir tu vida en lo eterno es la decisión más lúcida que puedes tomar.
Cuando el barro traiciona al hierro
La fragilidad del sistema es una advertencia para cada uno de nosotros. ¿Qué partes de tu vida se sostienen por fuera, pero están mezcladas con barro por dentro? ¿Dónde aparentas fuerza, pero ocultas debilidades espirituales? El barro no se adhiere al hierro. Tarde o temprano, lo mezclado se rompe.
Reino para siempre
El Reino de Dios es una montaña que crece, que no será destruida, ni dividida, ni reemplazada. Es el único destino digno de nuestra fe, nuestras fuerzas y nuestros sueños. Ríndete hoy… y comienza a edificar para siempre.
Oración desde los escombros
Esta es una oración que todos debemos hacer: honesta, quebrantada y esperanzada. Nos recuerda que la misericordia de Dios no destruye por gusto, sino que redirige, transforma y reconstruye sobre fundamentos nuevos.
La estatua que me representa
Cada vez que buscamos seguridad en lo que construimos sin Dios, estamos erigiendo nuestra propia estatua. Nos sentamos en tronos caseros, con ilusiones de poder, tratando de encontrar satisfacción en estructuras que no fueron hechas para durar.
Inversiones que no se desploman
Así como la estatua fue destruida sin dejar rastro, así también serán derribados los imperios humanos. Por más bellos, poderosos o estables que parezcan, no pueden sostener el peso de la eternidad. Lo único que permanecerá será aquello que haya sido edificado sobre Cristo.
Belleza en la diferencia
En un mundo saturado de excesos, la diferencia luminosa no es el gesto grandioso, sino la constancia sencilla: hábitos santos, palabras limpias, relaciones íntegras, trabajo bien hecho. Dios toma esas pequeñas fidelidades y las convierte en testimonio visible.
Los días del coloso están contados
Vemos cómo se agrieta la estructura social cada día. Guerras, corrupción, desconfianza, caos. Todo esto anuncia que el tiempo está maduro para que Cristo regrese, derrumbe al coloso inestable que hemos edificado… y establezca un reino nuevo.

