Daniel 2

¿Qué ocurre cuando Dios te deja sin palabras?

Mientras Daniel describe la estatua del sueño, Nabucodonosor queda paralizado. Cada detalle coincide con lo que vio en la noche. El joven exiliado—sin acceso a su mente ni a sus dioses—narra todo con precisión. Su corazón late con fuerza: asombro porque Daniel conoce el sueño, y temor al revivirlo. El coloso se alza en su memoria… solo para ser pulverizado por la piedra no cortada con manos humanas.

El texto no registra su reacción inmediata, pero podemos imaginarla. Él, el rey del imperio más poderoso de su tiempo escucha que su gloria es pasajera, parte de una cadena de reinos que acabarán en polvo. Lo que parecía imponente no dura; lo que viene de Dios, sí.

Pero Dios no solo revela el sueño, también desnuda el corazón del rey. En esa mezcla de asombro y temor, Nabucodonosor empieza a vislumbrar la soberanía del Altísimo: Aquel que conoce los misterios, expone los ídolos y prepara un Reino eterno.

¿Has vivido momentos así? Encuentros en los que la verdad de Dios te estremece tan profundamente que no puedes ignorarla. Palabras o circunstancias que confrontan, no para destruirte, sino para abrir tus ojos.

El verdadero asombro no entretiene—transforma. Rinde tu corazón al Rey que permanece.

Adaptado de la guía de estudio, Daniel: God’s Plan for the Future, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.