Job 42: 9—13

Sí ya leyó el pasaje, le pregunto: ¿leyó este pasaje muy de prisa? ¿Leyó el final del versículo 9? Tome nota de lo que dice: «El Señor atendió». Luego están, en el versículo 10: «El Señor restauró» y «el Señor aumentó». El versículo 12 dice al comienzo: «El Señor bendijo». Estas son palabras de gracia, declaraciones del favor divino. Permita que las mismas le lleguen con todo su impacto:

Atendió.

Restauró.

Aumentó.

Bendijo.

Como resultado de nuestra cínica sociedad, usted y yo estamos siendo programados para que no nos detengamos a considerar las palabras gracia y bendición, y para que nos apresuremos a dar atención a las palabras negativas, esas que nos desalientan. Asesinatos en lugar de trabajo. Casas enmohecidas. Desastres meteorológicos. Familias fracturadas. Incendios forestales. Alta tasa de divorcios. Calamidades económicas. Actos de terrorismo. Gente sin techo. Pastores en pecado. Corazones destrozados. Maltrato infantil. Abuso conyugal. Drogadicción. Padres que no cumplen con sus obligaciones económicas. Muertes prematuras. Constructores fraudulentos. Aumento del desempleo. Escándalos entre altos ejecutivos empresariales y deportistas famosos; y la lista sigue. Eso es lo que llena los noticieros de la noche.

Nunca oímos: «Mañana por la noche les traeremos solo buenas noticias». Por el contrario, lo que oímos es: «Siga en sintonía si piensa que esta fue una mala noticia; dentro de unos momentos le contaremos toda la historia».

Es que, hasta el meteorólogo pronostica «parcialmente nublado». Nunca dice: «Principalmente soleado mañana». siempre hay un 20% de posibilidades de que llueva, pero él nunca dice: «hay un 80% de posibilidades de que haya sol», además, por lo general está equivocado (eso sí que es tener un trabajo seguro). ¡Bueno, no sigamos hablando más de esto!

¿A quién bendice Dios? ¡A Job! ¡Esta es una noticia maravillosa! Usted no ha olvidado que Job maldijo el día que nació, ¿verdad? ¿Ni que lamentaba el hecho de no haber muerto cuando fue puesto en el pecho de su madre? Él también fue quién dijo: «No estoy bien. No estoy tranquilo». En otras palabras: «No estoy de acuerdo con lo que me ha sucedido». Es el mismo Job que es bendecido maravillosamente al final del libro. ¿Por qué razón? ¡Por la gracia y más y más gracia!

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.