Daniel 2:43
¿Qué ocurre cuando los sistemas colapsan desde adentro?
Daniel advierte: «Y por cuanto viste el hierro mezclado con barro común, se mezclarán por medio de simiente humana; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro» (Daniel 2:43, NBLA). Esta es una imagen profética de una unión artificial: alianzas políticas, estructuras impuestas, sistemas construidos desde la imposibilidad de la mezcla.
Es un retrato moderno: gobiernos que intentan unir lo autoritario con lo popular, iglesias que diluyen verdades para atraer multitudes, liderazgos que oscilan entre el dominio y la aprobación. Pero el hierro no se mezcla con el barro. Y lo que no se adhiere, se rompe.
El conflicto interno es más destructivo que el ataque externo. La estatua no colapsa por enemigos, sino por inconsistencias estructurales en su base. El fracaso del sistema no es por presión externa, sino por división interna.
En nuestras vidas también hay mezclas peligrosas: fe sin obediencia, apariencia sin santidad, doctrina sin humildad. La unidad verdadera no se impone desde fuera; nace del carácter rendido al Espíritu de Dios.
¿Dónde hay fragmentación en ti? ¿Qué sistema estás sosteniendo que necesita rendirse al diseño eterno de Dios?
Lo que parece unido, pero no tiene coherencia interna, tarde o temprano colapsa. Solo la unidad nacida del Espíritu permanece firme.
Adaptado de la guía de estudio, Daniel: God’s Plan for the Future, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.