Salmo 143:8

Hazme oír por la mañana tu misericordia,
Porque en ti he confiado.
Salmo 143:8

Escúchenme, víctimas del maltrato. Más importante, por favor escuchen la verdad de Dios. Él tiene cien diferentes mensajes para darle en cien diferentes experiencias y mazmorras. Él sabe justo el mensaje preciso en el momento preciso, y todo lo que se necesita para recibirlo es un corazón sensible, obediente, y confiado. No uno preocupado con la venganza, o la amargura, o la hostilidad, sino un corazón que dice: «Señor, Dios, ayúdame ahora; en este momento. Líbrame de mi propia prisión. Ayúdale a ver más allá de la oscuridad, a ver tu mano. Mientras estoy destrozado, moldéame. Ayúdame a verte en esto . . . ».

Eleve esa oración. Convierta su prueba en confianza al mirar a Dios para que tiernamente use esa aflicción, esa mazmorra, ese abandono, para su propósito . . .

En medio de todo esto, recuerde que Dios no lo ha abandonado. Él no se ha olvidado de usted. Nunca se ha ido. Él entiende su corazón roto.

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.