Apocalipsis 3:3
Vendré sobre ti como ladrón,
y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
Apocalipsis 3:3
La mayoría de nuestros días empiezan más bien en forma predecible. Día tras día, en su mayor parte, pondríamos en nuestros diarios las mismas palabras: «Nada extraordinario». Los días no empiezan con escritura divina en el cielo . . . los coros de Ángeles nos despiertan con armonía celestial, combinando sus voces en el coro «Aleluya» . . . Sin embargo, los días que empiezan sin mayores auspicios también pueden conducir a series increíbles, indescriptibles, de experiencias que hacen parar el corazón junto los días ordinarios, de hecho, pueden convertirse en extraordinarios . . .
¿Qué tal del día en que Jesús llegó? No hubo ningún ciudadano en Judea que se despertara esta mañana esperando que el día trajera a la población de Belén un suceso de tal envergadura para cambiar la vida. . .
Y, ¿qué tal del día . . .del retorno de Cristo? . . . Las amas de casa estarán de compras. Los aviones estarán decolando y aterrizando . . . Entonces, de repente, en un abrir y cerrar de ojos, Cristo partirá el cielo, y el gran plan de Dios para el futuro de repente tomará escenario central. Puede ser mañana. ¡Puede ser hoy!
Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.