Marcos 12:41–44
Una viuda de la Jerusalén del siglo primero tenía pocas opciones para proveer para sus necesidades diarias. Incluso si tenía un padre u otro familiar con quien pudiera vivir, como mujer soltera, no podía salir y conseguir un trabajo para mantenerse. Por lo tanto, una viuda pocas veces tendría dinero aparte de ser algo que recibió de otra persona.
El camino hacia el templo habría sido algo poco común para esta viuda, porque realmente no tenía dinero a menudo. Pero un día, de alguna forma, la viuda había recibido dos pequeñas monedas de cobre, y en lugar de gastarse el dinero en algo para sí misma, una nueva bufanda o comida o algo para la casa, su fe la llevó a dar ambas monedas al Señor.
Seguramente resaltaba entre las personas que eran mucho más ricas que ella y se encontraban en el templo aquel día. Aunque seguramente intentó que su vestido estuviera limpio, la condición pésima de su ropa habría sido fácil de ver. Pero con su cabeza bien alta con dignidad noble, dejó sus dos monedas que valían como medio centavo cada una, en la caja de las ofrendas. Con el sonido de monedas de todos los que daban dinero que les sobraba, la ofrenda que ella dio no se habría notado mucho más que si no hubiera dado nada.
Sin embargo, Jesús estaba mirando y dijo que ella había hecho más que simplemente poner algo en la caja de ofrenda: «esta viuda pobre ha dado más que todos los demás que ofrendan. Pues ellos dieron una mínima parte de lo que les sobraba, pero ella, con lo pobre que es, dio todo lo que tenía para vivir» (Marcos 12:43–44). Su confianza firme en el Señor le permitió dar todo lo que tenía para Su gloria.
En un mundo en que «la imagen lo es todo», una viuda que dio sus últimas dos monedas es un gran ejemplo de la sustancia que la fe verdadera fe trae a nuestras vidas. Esta no es la fe basada en tópicos espirituales sino una fe que busca vivir como Cristo vivió en Su tiempo en la tierra, dando a los demás, incluso pagando un gran precio por nosotros. Si esperamos poner en práctica nuestra fe como Él hizo, debemos rendir a Su control todo lo que tenemos, a nivel económico y en todo lo demás, y debemos confiar en que Él va a cubrir cada necesidad.
Adaptado del libro, Las Sabias y las Audaces. Publicado por Visión Para Vivir. Copyright © 2023 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.