Salmos 46:10

Es probable que su reacción al título de la lectura de hoy sea: «¡O no: otra petición de dinero!» o «Aquí vamos de nuevo: algún ministerio cristiano está queriendo meter mano en mi billetera». Si esa es su reacción, temo defraudarle, pues se ha equivocado. ¡En esta ocasión, el estar equivocado no le causa pena a nadie!

No voy a hablar sobre lo que debe hacer cuando el plato de la ofrenda pase junto a usted. Más bien, quiero hablar sobre lo que usted podría hacer antes y después de que ocurra eso. Cada domingo, hay dos ocasiones en que pasamos cinco a ocho minutos de tiempo valioso haciendo nada. Si usted es un típico, cansado asistente de cultos sea joven o viejo, usted puede marcar una o más de los siguientes «pasatiempos para la hora de ofrendas». Sea honesto al hacerlo.

(_) escribiendo textos s a otros y recibiendo respuestas

(_) revisando para ver quién está ausente del coro

(_) profundizando la relación, hablando con su amigo

(_) escuchando los errores del tecladista

(_) observando la arquitectura, contando los ladrillos

(_) planificando actividades para la próxima semana

(_) dibujando. . . soñando despierto. . . dormitando

(_) mirando alrededor, observando los ujieres, revisando la hora

(_) rellenando las letras en el boletín

(_) preguntándose por qué ese tipo en el traje nuevo no depositó algo en el plato de la ofrenda

¿Todas estas cosas? Una verdadera pérdida de tiempo. Estamos aquí, en medio de un culto de adoración que fue cuidadosamente programado, a la deriva y soñando durante unos pocos y preciosos momentos que podrían significar la diferencia entre una experiencia aburrida y una de aleluya.

Eclesiastés 3:7 se refiere a un tiempo en que hay que permanecer en silencio. La ofrenda justo le provee un tiempo como ese: un tiempo para permanecer en silencio. Para dejar de hablar. Para pensar, meditar, bajar las revoluciones de su motor y quedarse quieto. Pregúntele a Dios de qué manera usted puede intercambiar sus hábitos típicos y aburridos por algo nuevo que lo honraría a Él durante este tiempo. Mañana, le compartiré algunas de mis ideas al respecto.

Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.