Mateo 24:15
Al comenzar nuestro estudio del libro de Daniel, es importante reconocer algunas realidades fundamentales sobre la profecía. La primera es esta: la gente tiene hambre de saber el futuro. Lo vemos en la creciente popularidad de médiums, adivinos, y programas que exaltan a quienes «conectan» con el mundo espiritual. Muchos aún viven guiados por horóscopos. La necesidad es real… pero muchos se alimentan de veneno espiritual.
Necesitamos regresar a la única fuente confiable de información sobre el porvenir: la Palabra de Dios.
En segundo lugar, hay un desequilibrio común entre los estudiantes de la profecía. Algunos se obsesionan con las fechas y los eventos por venir, descuidando el resto de las Escrituras. Dios no nos dio la profecía para saciar nuestra curiosidad, sino para purificarnos y fortalecer nuestra fe, motivándonos a vivir para Él hoy.
En tercer lugar, la profecía no es un tema menor en la Biblia. ¡Es parte del cimiento de nuestra fe! Tan solo el Nuevo Testamento menciona el regreso de Cristo más de 300 veces. Los dos libros más fundamentales en cuanto a profecía del fin de los tiempos son Daniel y Apocalipsis. Daniel se enfoca en las naciones gentiles, Apocalipsis en Israel. Jesús mismo citó la profecía de Daniel en Mateo 24:15 y añadió solemnemente: «el que lea, que entienda y reflexione».
Para comprender plenamente a Daniel, primero debemos ubicar sus visiones dentro del gran panorama profético de las Escrituras. Allí comenzaremos nuestro recorrido.
El propósito de la profecía no es predecir el mañana, sino prepararte para vivir con fidelidad hoy.
Necesitamos regresar a la única fuente confiable de información sobre el porvenir: la Palabra de Dios.
— Charles R. Swindoll Tweet estoAdaptado de la guía de estudio, Daniel -El modelo de Dios para el futuro, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.