Daniel 3:30
¿Has notado que Dios a menudo promueve a Sus siervos después de que han demostrado fidelidad en el fuego?
Hay algo extraordinario en la forma como Dios recompensa la fidelidad. El relato de los tres amigos de Daniel liberados del horno ardiente termina con una nota sorprendente: «Entonces el rey hizo prosperar a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia» (Daniel 3:30, NBLA).
No solo sobrevivieron al horno; fueron promovidos después de él. Su fidelidad no los llevó al martirio, sino a mayor influencia. Su resistencia inquebrantable a comprometer su fe se convirtió en la plataforma para un servicio superior.
Este patrón divino se repite a través de las Escrituras: José promovido después de la cárcel injusta, David coronado después del largo exilio, Jesús exaltado después de la cruz. Dios tiene una manera particular de elevar a aquellos que se mantienen fieles cuando la presión es mayor y la tentación de ceder más intensa.
Pero aquí está la clave: ellos no se mantuvieron firmes PARA ser promovidos. Su fidelidad no estaba condicionada al ascenso terrenal. Estaban completamente dispuestos a morir por sus convicciones. La promoción fue gracia adicional, no el objetivo de su resistencia.
Cuando obedeces a Dios sin garantía de beneficio personal, Él a menudo te confía mayor responsabilidad y una plataforma más amplia de servicio.
La fidelidad probada en el fuego se convierte en el fundamento para una influencia transformadora.
Adaptado de la guía de estudio, Daniel: God’s Plan for the Future, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

