Daniel 3:12

¿Te atreverías a ser el único que no se inclina cuando todos los demás lo hacen?

Imagina la escena: miles de personas postradas ante la estatua dorada. El silencio es absoluto, excepto por el eco de la música que aún resuena. Pero en medio de ese mar de sumisión, tres figuras permanecen erguidas.​

No lo hacen por rebeldía. No buscan llamar la atención. Simplemente no pueden doblar la rodilla ante algo que no sea su Dios. Su postura vertical no es arrogancia; es fidelidad. No es desafío político; es obediencia espiritual.

Los delatores no tardan en llegar ante el rey y decirle: «Hay ciertos judíos… estos hombres, oh rey, no te han hecho caso; no sirven a tus dioses ni adoran la estatua de oro que has levantado» (Daniel 3:12, NBLA).​

Qué fácil hubiera sido justificar la conformidad: «Es solo un gesto exterior», «No queremos causar problemas», «Dios entiende que lo hacemos por supervivencia». Pero ellos entendieron algo profundo: hay momentos en los que permanecer de pie es la única opción que verdaderamente honra a Dios.

En un mundo que aplaude la flexibilidad moral, estos tres jóvenes nos recuerdan que algunas convicciones no se negocian, sin importar el costo.

Cuando todos se inclinan ante lo falso, mantenerse de pie es un acto de adoración verdadera.

Adaptado de la guía de estudio, Daniel: God’s Plan for the Future, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.