Un cambio de actitud

Génesis 45: 8-9

Además de perdonarlos y tranquilizarlos, les hizo una oferta que no podían rechazar. Los animó a volver y traer a su padre a este país, donde su pobre existencia podría disfrutar de alivio.

José les dijo: «Hermanos, he visto un cambio en sus vidas. Ahora se preocupan por nuestro padre, y unos por otros, a diferencia de antes. Se preocupan por Benjamín, más que por sus propias vidas. ¡Qué cambio tan grande se ha producido en ustedes!».

La actitud es muy importante en la vida en la vida del cristiano. Podemos ir a la iglesia todos los domingos, cumplir con los deberes religiosos, llevar una Biblia bajo el brazo y cantar de memoria himnos conocidos, pero aun así podemos tener resentimientos contra las personas que nos han causado algún daño. A nuestra manera, quizás incluso utilizado un poco de manipulación religiosa, nos vengaremos de ellas. Pero Dios no actúa así, sino que nos muestra la actitud correcta. Nos da el ejemplo de José, del gran hombre que fue solidario, misericordioso, sensible, generoso y magnánimo. Pero José todavía no termina de mostrar lo mucho que amaba a sus hermanos. ¡Veamos la escena que sigue!

«Entonces se echó sobre el cuello de Benjamín su hermano y lloró. También Benjamín lloró sobre su cuello. Besó a todos sus hermanos y lloró sobre ellos. Después de esto, sus hermanos hablaron con él» (Génesis 45:14-15).

¡Imagino lo que «hablaron con él»! Tenían que recuperar 25 años de conversación. Estoy seguro de que, cada vez que ellos recordaban el pasado y comenzaban a enumerar sus errores, José los detenía diciendo: «No hablemos de eso que quedó atrás; lo que importa es el ahora. Dios tenía un plan, y todo funcionó para nuestro bien y para su gloria. Mejor hablemos de otra cosa».

El difunto predicador John Henry Jowett, solía decir que un pastor no merecería tener una hora para predicar un sermón si no podía darlo en una frase. Por tanto, permítame que le dé este sermón en una frase: La grandeza se revela esencialmente en nuestra actitud.