Romanos 10:17
Hay varios métodos usados para comunicar a los perdidos las buenas nuevas de Cristo. A primera vista, algunos parecen ser exitosos y efectivos, pero con una mirada más profunda dejan mucho que desear.
Tome como ejemplo el método Piel Roja. La filosofía detrás de esta metodología es simple: mientras haya más cueros cabelludos, mejor. El énfasis principal es numérico—hablar de la salvación al mayor número de personas cada día, sin importar nada más. Este método se centra en la decisión, y dedica poco esfuerzo (si lo hubiera) al seguimiento o al discipulado. No es difícil identificar a los Piel Roja. A menudo se les puede oír contando (en voz alta) el número de cueros cabelludos que cuelgan de sus cinturones o verlos disparando flechas encendidas contra toda caravana de carretas que logran divisar de día o de noche.
El método Harvard es bastante diferente. El pensamiento detrás de este método es: discutamos todos sobre las religiones del mundo. Porque se centra en la razón, atrae a intelectuales genuinos y a pseudointelectuales. El modus operandi invariablemente es una discusión indeterminada que deambula desde el bahaísmo al budismo . . . de los argumentos a favor y en contra de que no haya oración en las escuelas públicas al crecimiento rápido del movimiento rajnísh en los años ochenta. Esta manera de tratar el tema es educacional y a veces bastante estimulante, pero adolece de un leve inconveniente—¡nunca se salva nadie! Los detalles específicos sobre la salvación por gracia a través de la fe son mal vistos. En un diálogo sofisticado sobre la religión, la discusión directa del perdón de pecados a través de la sangre de Cristo en la cruz y Su milagrosa resurrección son igual de bienvenidas como lo sería un busto de Martín Lutero de tamaño real en el Vaticano.
Posiblemente el sistema más popular es el método Mudo, que promueve lo siguiente: soy un testigo silencioso para Dios. Lo mejor que se puede decir de este método es que nunca ofende a nadie. ¡Eso es seguro! El santo que se decide por este método egocéntrico debiera ser denominado un cristiano (tinte) Clairol #6. Nadie lo sabe con seguridad sino Dios. En alguna parte de su trayectoria esta persona ha comenzado a tragarse uno de los más pequeños y sabrosos bocadillos de Satanás: «Lo único que Dios espera de ti es una buena y silenciosa vida. Otros te preguntarán acerca de Cristo si tienen interés en escuchar de ello». Sabe, puedo contar en una mano (y todavía me sobran dedos) el número de personas, en toda mi vida, que se han acercado de repente y me han preguntado acerca de Cristo Jesús. Si bien, nadie puede negar el valor de una vida piadosa, esa sola nunca trajo a nadie a la familia de Dios. Por favor, recuerde que «la fe viene por oír» (Romanos 10:17).
Bien, así que les he dado algunos métodos que no funcionan. Quiero hablarles sobre uno que sí funciona. Les propongo el método Felipe. Este método centrado en Cristo es presentado en una serie de siete principios tomados de Hechos 8:26-40. El método es radicalmente diferente y fenomenalmente exitoso. Vamos a considerarlo mañana.
Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.