Hechos 14: 1—20
El ministerio de Pablo estuvo saturado con la Palabra de Dios. En los capítulos 13 y 14 se mencionan catorce veces las frases la «Palabra de Dios», la «Palabra de verdad», la «doctrina del Señor», la «enseñanza del Señor», la «ley de los profetas» y las «buenas nuevas» (13:5, 7, 12, 15, 32, 44, 46, 48, 49; 14: 3, 7, 15, 21, 25).
En ese primer viaje, Pablo llevó consigo lo suficiente para sostenerse, ropa suficiente para cubrirse, un corazón lleno de esperanza en la verdad de Dios y la confianza de que el Señor lo mantendría fiel. Eso fue lo que impidió que se volviera loco. Esto fue lo que lo fortaleció contra las estranguladoras fauces de las heridas del ministerio.
¿No habrá usted descuidado, en los últimos meses, su responsabilidad dedicar tiempo a las Escrituras? Es posible que a usted le esté sucediendo lo que me pasa a mí de tiempo en tiempo. Atienda, por favor, esta amable advertencia: Si usted se está preparando para salir a estudiar, o para tomar nuevas responsabilidades en el ministerio, o para iniciar una etapa en su carrera profesional, no lo haga sin tener primero un tiempo habitual para encontrarse a solas con el Señor, preparándose para el nuevo reto por medio de ese tiempo dedicado a su Palabra. De esto depende su futuro espiritual. Sin ese compromiso de saturar su vida con la Palabra de Dios, usted se adentra en un futuro desconocido, a su propio riesgo. Le aconsejo que dedique suficiente tiempo al Señor para que pueda ser fortalecido interiormente. Eso puede comenzar con apenas quince minutos diarios.
Algunos de ustedes estarán pensando: ¡Yo no tengo quince minutos diarios! Entonces, trate de recortar el tiempo que tiene para almorzar, para invertir el resto en la lectura de un Salmo o de una de las cartas del Nuevo Testamento.
Si Pablo pudo saturar su vida la Palabra de Dios, usted y yo podemos hacerlo también. Usted está tocando algunas personas que están dentro de su esfera de influencia, algo que probablemente nadie más podrá hacer. Sea conocido por su dedicación a la Biblia y por su orientación espiritual basada en las Escrituras. Sea conocido por sus consejos bíblicos. Sea apreciado por su posición bíblica en cuanto a los valores morales. Todo comienza con el tiempo que usted invierta en la Biblia. Hágalo. Satúrese con la Palabra De Dios. Eso lo hará avanzar muchísimo en su propósito de tener un ministerio auténtico.
Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.