Sonrío a menudo cuando leo el Evangelio de Marcos. A este escritor le encantaba la palabra “inmediatamente.” Aparece vez tras vez. Marcos nos recuerda que la vida de Jesús estaba repleta de personas y presiones, de un modo que ni usted ni yo jamás hemos conocido. Pero también anota que “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1:35).

¿Por qué lo hizo? ¿Le gustaba madrugar? No necesariamente. La madrugada era el único tiempo en que Él podía estar a solas. Los siguientes versículos dice que lo buscaron incluso allí, y cuando le hallaron le dijeron: “Todos te buscan” (1:36–37).

Una paráfrasis diría: “Jesús: no puedes quedarte aquí a solas. Vamos, ¡se te necesita allá!”; pero Jesús necesitaba estar a solas temprano en la madrugada para hablar con Su Padre a fin de filtrar las cosas; y, amigos y amigas, también nosotros.

Un tiempo a solas es bueno para nosotros. Nuestra tendencia natural es siempre estar rodeados de otras personas, siempre tener algo en marcha, pero, permítame ser cándido: Nunca he aprendido nada que sea verdaderamente significativo al estar con una multitud. Me encanta estar con otras personas, pero estar a solas ayuda a filtrar las cosas esenciales y a descartar lo que no es esencial. La vida de cierta manera cobra sentido cuando se está a solas.

A decir verdad, algunos de ustedes viven en el mismo frente de acción porque continuamente tienen que lidiar con gente, demandas, expectativas, hijos que se aferran a las piernas de uno, amigos, horarios, y planes. Uno ni siquiera puede recordar la última vez en que pasó un tiempo absolutamente a solas . . . . Lo sé, y por lo tanto sé de lo que hablo.

Para mí, a veces es un paseo en motocicleta. A veces es una larga caminata. Pero, tengo que decirles, que cada vez que eso sucede, es deliberado. Nadie jamás me ha dicho: “Necesitas apartarte a solas por un tiempo.” No; esta es una decisión que todos tenemos que tomar.

Casi puedo oír que alguien pregunta: “¿Y qué hago cuando estoy a solas?”

He hallado que una de las mejores maneras de usar mi tiempo cuando estoy a solas es llevar un diario. Un diccionario define un diario como “notas de experiencias, ideas, o reflexiones, que se lleva de modo regular para uso privado.” Quiero que usted considere empezar un diario. Hallará que eso le impide que se pierda las mejores cosas que capta al estar a solas, y eso es lo que le acerca más al corazón de Dios.

Permítame un pensamiento final: El tomar la decisión de observar deliberadamente un tiempo a solas usted se lo debe a Dios, se lo debe a usted mismo, y se lo debe a las personas que más quiere. Exigirá un ajuste en su calendario, pero determinará una diferencia significativa en su vida.

Tomado de Charles R. Swindoll, “Solitude: A Vital Factor in Growing Closer to God,” Insights (enero 2000): 1–2. Copyright © 2000 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados todos los derechos mundialmente.