Su congregación representa personas de toda la variedad de la vida, de toda edad y de toda etapa de madurez. Todas tienen defectos, y sin embargo todas se han reunido porque aman a Cristo, y quieren ser parte del ministerio. ¡Qué creación divina más singular!
Algunos de los que llegan a su iglesia necesitan tiempo para sanar. Algunos han experimentado lo que yo llamo “religión tóxica.” Tuvieron anteriormente pastores dominantes que los dominaban, que se aprovecharon de ellos espiritualmente, y que les dijeron que era pecado asistir a otra iglesia. Qué trágico.
Estas personas lastimadas a menudo llegan a su iglesia tropezando y con miedo. Tienen miedo, en primer lugar, de que los vean sus amigos de la iglesia anterior; muchos de los cuales ahora los esquivan porque han dejado la iglesia anterior. En segundo lugar, tienen miedo de no saber “lo que es debido” en esta nueva iglesia. En tercer lugar, tal vez incluso le tengan miedo a usted. Así que, por favor, tenga corazón. Muéstrese extremadamente paciente con ellos. Estos individuos no llegaron y cayeron de pie y corriendo, listos para servir. Permita que su iglesia sea un lugar de refugio en donde pueden hallar gracia suficiente para sanar. Sea fiel en sus oraciones por ellos.
Algunas de esas de sus ovejas anhelan oír una voz de afirmación, y todas desean recibir alimento espiritual. Así que, aliméntelas bien. He descubierto que regañar y reprochar con frecuencia al rebaño no es útil. Ayúdelos a que mantengan balance. Guíe a las ovejas. En mi pastorado al principio de mi ministerio, yo arreaba a las ovejas. Eso fue un error. Aprendí que un pastor no puede en realidad guíar a las ovejas si no las ama. Así que aprenda de mis errores.
Cuando tenga que regañar a alguien —y eso es parte de su trabajo— hágalo en forma privada y confidencial. Nunca abochorne a un miembro de la iglesia. Le sugiero que tenga fuera del plantel de la iglesia su reunión en cuanto a la dificultad, de manera que ni siquiera el personal sepa quién está hablando con usted en privado.
Todos apreciarán su fidelidad y ternura. Les gusta saber que cuando algo lo conmueve, habrá lágrimas. Nunca pida disculpa por sus lágrimas. Mientras más años tengo, más parecen las lágrimas estar cerca de la superficie. Jesús lloró . . . ¿lo recuerda?
Modele para ellos el papel del pastor. Usted está trabajando con ovejas; y eso es una gran analogía. Y recuerde que usted también es una oveja. (Es fácil olvidarse de eso). Usted ni siquiera es el Pastor Principal; ese es Jesús. Él es la Cabeza de la iglesia. Mantengámoslo a Él como la Cabeza.
—Chuck
Gracias hermanos por esta reflexion, en verdad estoy apredniendo, cometo errores, pero amoa a Dios, a su obra y sigo pastoreando con la firtaleza del Señor, tengo 22 años de estar en el pastorado. Que Dios les bendiga