Salmo 1

En los primeros tres versículos del Salmo 1, el salmista describe una persona que decide vivir una vida recta, una persona que conscientemente resiste las desviaciones sutiles de la transigencia. Él presenta el concepto de una persona que se mantiene lejos de cualquier cosa que pueda erosionar su compromiso de vivir piadosamente. La canción comienza con tres analogías negativas que ilustran la importancia de evitar comprometerse con el mal y cuya consecuencia sería que la maldad llegara a convertirse en un hábito. Luego, en el versículo 2, él muestra el lado positivo de la piedad y la forma en que puede lograrse. El versículo 3 describe los beneficios de caminar en justicia. Analicemos esto más profundamente.

Bienaventurado el hombre que no anda según el consejo de los impíos ni se detiene en el camino de los pecadores ni se sienta en la silla de los burladores. Salmo 1:1.

La primera palabra: «bienaventurado», es un tanto anodina en nuestro idioma español. El término hebreo es mucho más descriptivo, especialmente en su forma calificativa. Quizás una descripción más sencilla sería decir: «Oh, cuánta felicidad, felicidad tras felicidad…».

¿Qué es lo que causa tal abundancia de felicidad? La pureza de caminar en justicia delante de Dios.

El salmista está hablando de una erosión espiritual. Las palabras ilustran lo fácil que es que nuestras intenciones hacia la justicia se vayan deteniendo o lo hagan completamente al irse desgastando debido a las compañías que elegimos mantener. Podemos notar esto al analizar tres categorías de los términos restantes de este versículo:

Caminar
El término caminar sugiere la idea de pasar por algún lugar o dar un movimiento casual. Al leer la frase completa, la idea implica una persona que imita o sigue los pasos de los impíos.

La palabra que se traduce como «consejo» se deriva de un término hebreo que significa «duro o firme». En este pasaje significa una dirección planeada firme y definitiva. Considere esta paráfrasis de Salmo 1:1:

«Oh, cuánta felicidad tiene aquel que no sigue los pasos o imita el estilo de vida de aquellos que viven impíamente».

Es común coquetear con la vida impía, es común imitar periódicamente los pasos de aquellos que no tienen a Cristo. A veces, a manera de broma, nos referimos a la emoción y la diversión de la impiedad o bromeamos acerca de las acciones impropias de nuestros hijos. David nos amonesta. Nos dice que seremos mucho más felices si nos mantenemos lejos de cualquier cosa que pueda erosionar y causar una transigencia espiritual en nuestras vidas.

Detenerse
La palabra hebrea para «detenerse» tiene la idea de apropiarse de una posición. La palabra, «camino» se refiere a un sendero ya trazado, un estilo de vida precisamente marcado. ¿Puede notar la deterioración progresiva que nos lleva a involucrarnos más y más en una vida pecaminosa? El observador casual se detiene y sin darse cuenta empieza a vivir ese estilo de vida.

En contraste, si nos comprometemos con la justicia, seremos «como un árbol plantado junto a corrientes de aguas», que no puede ser erosionado por los vientos de la maldad y la impiedad.

Sentarse
La siguiente palabra que el salmista enfatiza es, «sentarse». Esta palabra sugiere una morada constante, un ajuste permanente. El uso de la palabra «sentarse» se aclara cuando entendemos qué su significado tiene que ver con una residencia permanente. Mucha atención a esto: el estilo de vida se encuentra en la esfera del burlador, una persona que continuamente bromea con las cosas sagradas. En otras palabras, una persona blasfema.

¿Nota usted el concepto del escritor? Seremos abundantemente felices si mantenemos un camino puro, lejos del mínimo coqueteo con la maldad. Si comenzamos a «caminar» en «el consejo de los impíos», fácilmente caeremos en la residencia de los burladores.

Afirmando el alma: Analice mentalmente los últimos doce meses de su vida y ponga mucha atención a su «caminar». ¿De qué manera su vida ha cambiado con respecto a los años anteriores? ¿Su caminar actual le place más a Dios, o al contrario? Considere ahora su disposición a seguir una «convicción» que no es popular. ¿Puede mantenerse firme? ¿Y qué tal su actitud? ¿Se encuentra usted sentado cómodamente en medio de aquellos que no valoran la Palabra de Dios?

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.