Gálatas 5: 22-23
Mas el fruto del espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley.
Gálatas 5: 22-23
Todos nosotros nos hemos enfurecido y perdido los estribos, solo para lamentarlo. Todos hemos permitido que nuestros horarios se sobrecarguen al punto de que, al mirar hacia atrás a la semana, debemos admitir nosotros mismos, si somos francos, que no nos hemos detenido para orar ni siquiera una vez. Todos nosotros hemos comido demasiado, aun cuando hemos jurado no hacerlo. ¿Quién no ha librado de nuevo la vieja batalla con la codicia, o la lujuria, o el materialismo, o la cólera, o la envidia?. . .
Hay una respuesta a este dilema diario, una solución que es fácil de identificar. Hay un secreto para contenerse . . .
«Dominio propio» . . . esa es la clave . . . esa es la respuesta . . .
El mejor sinónimo de dominio propio es «disciplina» . . . Dominio propio quiere decir «fuerza interna».
El fruto del Espíritu es dominio propio. El dominio propio nos libra de la esclavitud. El dominio propio detiene los malos hábitos. Nos exige cuentas. Nos detiene.
Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.