Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17

GRACIAS, OH DIOS, por exhalar Tu Palabra a través del milagro de la inspiración y por preservar Tu mensaje en un libro que podamos leer en nuestro propio idioma. Gracias por Tu Palabra—la inerrante, de gran autoridad, e infalible Palabra de Dios. Vivimos en una época donde otras «palabras» han reemplazado la Palabra eterna de Dios. Oramos para que las escamas de sus ojos sean removidas y puedan ver, oír, ser consolados, animados y transformados por las inmutables palabras de vida. Que la verdad que aparece en la Biblia surja mientras la leemos; que trabaje en nuestras mentes y en nuestros corazones cambiándonos, y así, nuestras vidas se conformen imperceptiblemente a la imagen de Jesús.

Padre, oramos para que podamos extraer la verdad de Tu Palabra con la cual vivir, y una verdad por la que podamos morir. En esta época tan caótica, la batalla por el alma de los hombres, las mujeres y los niños se libra en la mente. Te pedimos que nos transformes con Tu verdad. Jesús dijo: «tu palabra es verdad». Abre nuestras mentes para poder captar el valor de esa gran enseñanza y que podamos anclarnos en el fundamento de esa verdad objetiva. Oramos todo esto en el nombre de Aquél que es llamado «la Palabra», y por su gloria. Amén.

Véase también Proverbios 30:5; Juan 1:1; 17:17; Romanos 12:1-2; Hebreos 4:12; 2 Pedro 1:19-21

LO INFALIBLE Y LO FALIBLE
Desde que era niño lo aprendí y siempre he creído en la infalibilidad de la Escritura. Entre cristianos, quizá tengamos nuestras discusiones sobre eventos en el calendario escatológico de Dios o diferentes opiniones en lo que respecta al tipo de gobierno de la iglesia. Pero cuando el tema trata de la infalibilidad de la sagrada Escritura, no hay discusión. Al menos no debe haber. Si usted hace a un lado ese absoluto, usted está abriendo una fisura en su muro teológico. Con el tiempo y la presión suficiente, usted empezará a resbalar. No se equivoque, la infalibilidad de la Escritura es un asunto crucial.

La infalibilidad atañe ciertamente a la Biblia, pero no en lo que respecta a la gente. Los creyentes de Berea fueron elogiados por escuchar a Pablo y luego «escudriñar diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así» (Hechos 17:11). Es fácil olvidar que las personas no son perfectas, especialmente cuando nos encontramos con personas muy sabias y cuya instrucción es bíblica y dinámica. Nos sentimos anonadados hasta que esa persona enseña algo que es diferente a lo que otro ministro admirado nos dice. Eso sin lugar dudas genera confusión. En otras palabras, tal como lo decía el presidente Abraham Lincoln: «Todos los hombres son creados falibles». Sí, todos. Si usted recuerda eso, tendrá menos sorpresas y decepciones. En vez de caer en el cinismo porque su héroe mostró sus pies de barro, usted podrá mantener una objetividad inteligente y saludable. Podrá mostrar respeto sin caer en la idolatría. Y cuando realmente anda buscando la verdad, buscará las Escrituras primeramente. ¿Por qué? Porque la Palabra de Dios es lo único que es incapaz de error. La Biblia nunca le va a engañar o a decepcionar.

Adaptado del libro, Responde a Mi Clamor: Aprenda a comunicarse con un Dios que se preocupa por usted (Worthy Latino, 2014). Copyright © 2014 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.