Colosenses 1:9-10

Por esta razón, también nosotros, desde el día que lo supimos, no hemos cesado de orar por vosotros y de rogar que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y comprensión espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios. Colosenses 1:9-10

PADRE CELESTIAL, ORAMOS a favor de otras personas en este día. Hay muchos cuyos corazones están sufriendo. Se encuentran en lugares solitarios y dolorosos y aun así se mantienen en el centro de Tu voluntad. Algunos llevan a Cristo a países donde el mensaje no es permitido. Su labor secreta debe ser hecha con gran sabiduría, estrategia y una planificación cuidadosa. Enfrentan el peligro, pero eso no los hace mirar atrás. Otros están sufriendo porque están comenzando una nueva época en su vida sin su ser amado a su lado. Están luchando con el dolor durante esas largas noches oscuras. También te pedimos por esos que están experimentando su último año con aquellos a quienes aman y sin embargo todavía no lo saben. Ayúdalos a aprovechar su tiempo para que queden gratos recuerdos.

Anima a esos que han perdido su salud y no pueden venir a la iglesia pero que quisieran poder disfrutar la comunión del cuerpo de Cristo. Gracias por aquellos que sirven fielmente en la congregación y los que sirven a su país en el ejército. Te pedimos por todas aquellas personas que te sirven con los niños, aquellos que te sirven en lugares distantes y traducen la Escritura. Anima a Tus siervos hoy, oramos por ellos en el nombre de nuestro magnífico Salvador, a quien servimos. Amén.

Véase también 1 Samuel 12:23; Isaías 40:28-31; Colosenses 1:9-12; 2 Tesalonicenses 12:11.

ORANDO UNOS POR OTROS
Mientras leía un pasaje del primer libro de Samuel, llegué a una sección de la Escritura que ilustra de manera gráfica, el valor y la importancia esencial de orar por los demás.

He aquí una primicia. Samuel se encontraba en medio de una situación difícil. Su nación estaba pasando por un periodo de transición duro e incierto. Habían estado presionando por tener un rey y se salieron con la suya. Le tocaba a Samuel confrontar al pueblo. . . decirles acerca de su falta de sabiduría en su urgencia obstinada de ser como las demás naciones. El pueblo se dio cuenta de su insensatez, pero ya era muy tarde, (así pasa siempre, ¿cierto?). Además de su culpabilidad, vieron como el Señor enviaba truenos y lluvia, lo cual intensificaba sus temores.

¿Y ahora qué? ¿Cómo podrían seguir adelante después de que cometieron tal error? Vinieron a Samuel y le hicieron la siguiente petición: «Ruega por tus siervos al Señor, tu Dios para que no muramos, porque hemos añadido este mal a todos nuestros pecados al pedir para nosotros un rey». (1 Samuel 12:19)

Aunque la Biblia no lo dice, yo creo que Samuel dijo la siguiente frase con alegría: «Y en cuanto a mí, lejos esté de mí que peque contra el Señor cesando de orar por vosotros» (1 Samuel 12:23). Él había estado orando por ellos desde el principio, así que no fue difícil continuar haciéndolo. Para él, no hacerlo sería pecar ante Dios.

A eso le llamo yo una reacción importante.

No existe una forma más significativa de involucrarnos en la vida de otra persona que mediante la oración constante. La oración es mucho más útil que el dinero; es mejor que un sermón; es más efectiva que un cumplido y más inspiradora que un abrazo cálido.

Lejos esté de nosotros pecar contra el Señor, dejando de orar los unos por los otros.

No existe una forma más significativa de involucrarnos en la vida de otra persona que mediante la oración constante.

Charles R. Swindoll Tweet esto

Adaptado del libro, Responde a Mi Clamor: Aprenda a comunicarse con un Dios que se preocupa por usted (Worthy Latino, 2014). Copyright © 2014 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.