Romanos 8:25

Pero si esperamos lo que no vemos,
con paciencia lo aguardamos.
Romanos 8:25

La palabra perseverar es muy importante. Es una palabra arcaica y no la oímos mucho en nuestros días de abandonarlo todo y darse por vencido. No oímos mucho en cuanto a aguantar y perseverar . . . ¡en cuanto al poder de quedarse! Pero hay mucho más en eso que meramente aguantar. Es una cosa quedarse firme con cara ceñuda, con los puños crispados, y mirando a Dios con cólera, diciendo: «¡Cómo TE ATREVES! ¿Qué derecho tienes?» O, «¡Mira lo que he hecho por ti! ¡Y mira lo que recibo como pago!» Ese es un tipo de perseverancia. Pero hay otra clase de perseverancia; la clase que se para con una mano abierta y brazos abiertos, que mira a la cara de Dios y responde: «Me someto a ti. Estoy esforzándome duro por oír lo que estás diciendo. Total, y completamente admito mi dependencia. Acudo a ti buscando respuestas. Y espero».

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.