Proverbios 16:3
La insensatez del hombre tuerce su camino,
Y luego contra Jehová se irrita su corazón.
Proverbios 16:3
Es imposible vérselas con la pureza moral sin tratar con algunos hechos prácticos relativos al cuerpo: nuestros apetitos de carne y sangre que añoran satisfacción. Siete volúmenes se han escrito en cuanto a la mente, nuestra constitución emocional, nuestro «hombre interior», el alma, el espíritu y la dimensión espiritual. Pero en comparación, muy poco están diciendo los evangélicos hoy en cuanto al cuerpo físico.
Debemos presentar nuestros cuerpos como sacrificios vivos a Dios (Romanos 12:1).
Se nos instruye que no sometamos ninguna parte de nuestro cuerpo como instrumentos de maldad al pecado (Romanos 6:12-13).
Nuestros cuerpos son en realidad «miembros de Cristo»; le pertenecen a Él (1 Corintios 6:15).
Como ve, estos cuerpos nuestros fácilmente pueden sacarnos del camino. No es que el cuerpo en sí mismo sea malo; es simplemente que posee cualquier cantidad de apetitos que están listos a responder a los estímulos que lo rodean . . . todos los cuales son terriblemente atractivos y temporalmente satisfactorios.
Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.