Proverbios 6, 13, 16, 20, 21

Después de hablar de lo que significa procrastinar, y después de hablar de la motivación, la diligencia y sus consecuencias, Salomón y otros sabios nos escribieron los siguientes renglones para animarnos:

Las esperanzas del justo traen felicidad, pero las expectativas de los perversos no resultan en nada (Proverbios 10:28).

La esperanza postergada aflige al corazón, pero un sueño cumplido es un árbol de vida (Proverbios 13:12).

El deseo cumplido regocija el alma; Pero apartarse del mal es abominación a los necios (Proverbios 13:19).

Estos sabios hebreos reconocían la dificultad de las gratificaciones retardadas. Eran personas como nosotros, cuyos corazones se «enfermaban» cuando eran obligados a poner sus deseos como algo secundario. Ellos también querían la paga inmediata de la dilación en vez de tener que sacrificarse para obtener en vez de tener que sacrificarse para obtener la recompensa de la diligencia. Ellos, al igual que nosotros, se cansaban de los largos días de trabajo para tener un buen futuro. Ellos, al igual que todas las personas, luchaban por mantener ese equilibrio entre disfrutar el presente y planear para el futuro. Ya que reconocían ese deseo universal de no esforzarse mucho, estos sabios nos impregnaron una gran dosis de esperanza. Vivir con expectativas es como traer un pedacito del futuro a nuestra actualidad.  Al tener expectativas, imaginamos la satisfacción que sentiremos cuando nuestra diligencia comience a dar futuros.

Cuando tengo una gran tarea que realizar; planeo irme de vacaciones poco después de que cumpla mi tarea. Eso hace que tenga la expectativa de una recompensa a corto plazo por mi diligencia. Por ejemplo, si estoy escribiendo un libro que me llevará varios meses de trabajo, planeo que, después de ello iré a con mi familia de vacaciones a la playa. A propósito, debo aclarar que aunque tengo un ministerio radial y escribo libros, esas actividades nunca afectan mis actividades normales como pastor principal de la Iglesia. En tanto que voy completando el manuscrito —y debo admitir que a veces siento que no puedo más—, me imagino relajándome en una hamaca, disfrutando de la brisa del océano y el sonido de las olas, mientras leo un buen libro.

A mí eso me funciona. De hecho, ya me siento inspirado para comenzar otro capítulo.

Reflexión: Piense en una tarea difícil, tediosa y poco placentera que tiene que completar. Haga una lista de los beneficios que recibirá cuando complete esa asignación y la ventaja de que vaya acompañada de una actitud positiva. Cuando uno tiene muchas tareas que hacer, puede suceder que los beneficios queden postergados largo tiempo. ¿De qué forma puede gratificarse a corto plazo inmediatamente después de realizar una etapa de su tarea?

Vivir con expectativas es como traer un pedacito de futuro a nuestra actualidad.

Charles R. Swindoll Tweet esto

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.