Hechos 17: 1—9; 1 Tesalonicenses 2: 1—6
Los buenos líderes aman a la gente. Pablo escribe: «Tanto es nuestro cariño para vosotros que nos parecía bien entregaros no sólo el Evangelio de Dios . . . » (1 Tesalonicenses 2:8). Maravilloso, ¿no? Pablo no evitaba compartir sus emociones con su rebaño. Ese hombre fuerte, un apóstol de Cristo, cuando pensaba en los tesalonicenses decía: «¡Oh, qué cariño tan grande tengo por ustedes! ¡Cuánto los amo!» Estas son palabras íntimas de cariño.
Para mantener esto sencillo y fácil de recordar, quiero decirle que el cariño por las personas se puede mostrar de dos maneras: Con demostraciones pequeñas, pero frecuentes, de afecto y con palabras de aprecio por escrito cada cierto tiempo. Las personas que lideran deberían estar recibiendo de usted ahora mismo una nota de aprecio y estímulo. Ellos deben acostumbrarse cada vez más a que sus expresiones de cariño incluyan pequeñas pero frecuentes demostraciones de afecto. Nadie es tan importante que esté más allá de las demostraciones de cariño. Ese aspecto del liderazgo cobra ánimo y transmite confianza al espíritu por la gracia de Dios.
Encontré estos versos que resumen muy bien este punto:
La vida no es sino espuma,
hay dos cosas de valor:
cariño por los demás,
y arrojó en el corazón.
Me causan tristeza los líderes fuertes que siempre tratan mal a las personas. Nos preguntamos cómo gente así pudo llegar a tener posiciones importantes de influencia. Aquí tiene este consejo gratis: Si a usted no le gusta la gente, háganos a todos un favor, no se dedique al liderazgo. Dedíquese a otra cosa. Todo el mundo estará mejor así. Diga no cuando le ofrezcan la oportunidad de liderar.
Ni el mundo ni el ministerio necesitan más autócratas. Ambos necesitan más líderes, almas con corazón de siervo para liderar, como lo hizo Pablo, con sensibilidad y cariño hacia los demás. El amor y el cariño, cuando se dan de manera correcta, llenan el vacío cuando las palabras solas no son capaces de consolar. Si las personas saben que usted las ama y las valora, le darán todo su respaldo. Pablo les dijo a los cristianos de Tesalónica que los amaba, y ellos nunca lo olvidaron.
Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.