Proverbios 1:23
He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros,
Y os haré saber mis palabras.
Proverbios 1:23
Lo que el combustible es para un coche, lo es el Espíritu Santo para el creyente. Él nos energiza para que sigamos el curso. Nos motiva a pesar de los obstáculos. Nos mantiene avanzando cuando el camino se pone difícil. Es el espíritu quien nos consuela en nuestra angustia, que nos calma en ocasiones de calamidad, que se convierte en nuestro compañero en la soledad y la aflicción, que incentiva nuestra «intuición» a la acción, que llena nuestras mentes con discernimiento cuando estamos intranquilos en cuanto a cierta decisión. En breve, es nuestro combustible espiritual. Cuando intentamos operar sin él, o usar algún combustible sustituto, todos los sistemas se paran en seco.
Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.