1 Juan 1:7

Pero si andamos en luz, como él está en luz,
tenemos comunión unos con otros, y la sangre de
Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
1 Juan 1:7

La antigua koinonía (comunión) debe haber sido algo digno de contemplar. Al tratar de formarme un cuadro mental acerca de ella, concibo esta descripción: koinonía consiste en expresiones de cristianismo auténtico que se expresa con libertad entre los miembros de la familia de Dios. Se la menciona como veinte veces en el Nuevo Testamento, y sin excepción invariablemente se expresa en una de dos direcciones.

Primero, se la usa en el sentido de compartir algo con alguien, tal como comida, dinero, provisiones, estímulo, tiempo e interés. Y, segundo, se la usa en el sentido de participar en algo con alguien, como un proyecto, un éxito, un fracaso, una necesidad, una herida.

El significado de todo esto es que la koinonía bíblica nunca es algo que se hace a solas. En otras palabras, el deseo de Dios para sus hijos es que intervengamos personal y profundamente los unos en las vidas de los otros . . . Nuestro superficial «¿Cómo te va?» y «¡Que te vaya bien!» no basta.

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.