Salmo 127:1

Si Jehová no edificare la casa,
En vano trabajan los que la edifican.

Salmo 127:1

Esta es la idea. Durante esos meses y años tempranos tan importantes del matrimonio, asegúrese que el Señor su Dios es el corazón y centro de su familia. Si no es así, toda la experiencia es un estudio en futilidad; un esfuerzo desperdiciado, vacío, contraproducente. Todo será en vano. Dios no tiene en mente un hogar que cuelga un montón de lemas religiosos en las paredes, o una pareja que simplemente va a la Iglesia con regularidad y eleva una oración fugaz antes de las comidas, o pone una Biblia grande en la mesita del café en la sala. No, el ingrediente esencial es «el Señor».

Una familia empieza con pie derecho cuando Jesucristo está en cada vida (esposo y esposa han nacido de nuevo), y cuando la sombra alargada de su señorío penetra esa relación. Cuando una pareja hace de Cristo una parte vital de su vida, en términos de los salmos, allí es cuando «el Señor edifica la casa».

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.