Mateo 27:33-56; Marcos 15:22-47; Lucas 23:33-49; y Juan 19:17-37

La tradición cristiana más antigua y sólida ubica el lugar de la crucifixión, el entierro y la resurrección de Jesús en un sitio en Jerusalén que hoy no nos da ni la más leve indicación de lo que fue su apariencia original. El nombre en arameo de esta formación rocosa, Gólgota (calvaria en latín), refleja muerte en su traducción: «lugar de la calavera».

El nombre de la iglesia construida sobre este sitio evoca una imagen simplemente extraña: la Iglesia del Santo Sepulcro (sepulcro significa: «cripta», «tumba»). Hoy día, al ingresar al edificio, quienes están acostumbrados al culto occidental pueden sentirse realmente horrorizados: el oro gotea de los íconos, cánticos llenan los espacios y el incienso se eleva entre los fríos muros de piedra. Por dentro, se pueden ver las celosas rivalidades de seis agrupaciones de la cristiandad.

Pero mirando más allá del tradicionalismo y enfocándose en la historia, encontraremos una conexión ininterrumpida con el evento central de todos los tiempos. La comunidad cristiana de Jerusalén celebró servicios de adoración en este sitio hasta el año 66 d.C., y durante el siglo catorce Constantino construyó una iglesia en el sitio para conmemorar el lugar de la resurrección de Cristo.

Desde entonces, la iglesia ha sido construida, reconstruida y ampliada. (Gran parte de lo que vemos hoy proviene del período de Las Cruzadas). Diferentes religiones, razas y sectas han oscurecido gran parte del sitio original. No obstante, la tradición cristiana declara que es muy probable que sea en este lugar donde Cristo murió y resucitó. Irónicamente, justo en el mismo lugar donde se lleva a cabo la celosa lucha religiosa acerca de los derechos, reglas y cuál fe está a cargo, la necesidad de la muerte de Cristo permanece clara: la religión no puede llevarnos a Dios. Necesitamos a nuestro Salvador.

El mausoleo central de la cristiandad, por ende, demuestra la necesidad que ese lugar santifica.

Adaptado de Wayne Stiles, Going Places with God: A Devotional Journey through the Lands of the Bible [Ir a lugares con Dios: Un recorrido devocional a través de las tierras de la Biblia] (Ventura, Calif.: Regal, 2006), 82.