Ester 5: 4—14
Dios estaba en acción y en espera, llenando los pensamientos de Ester con un plan. Cuando usted espera en el Señor, no tiene que sentarse en un rincón para ponerse a contemplar el infinito ni para ir de un lado para otro alelado tarareando palabras de un himno conocido. Usted no tiene que irse a la ladera de una colina, alimentarse con alpiste y tocar dulcemente una guitarra. No tiene que ponerse un manto y vivir en una cabaña en el Tíbet durante el invierno. Algunas veces, por supuesto, usted necesita sentarse calladamente, solo, con el Señor, para tener unos momentos de quietud. El aislamiento y el silencio son maravillosos cuando se trata de alimentar el alma. Pero la mayor parte del tiempo, lo que usted tiene que hacer es seguir con sus actividades normales y concentrarse más en el Señor en medio de ellas, ocuparse de Él, y tratar de sintonizar sus pensamientos con los de Él. Recordar las palabras de su libro que ha memorizado, y alimentará su alma con su maná.
«Magnífica idea», dice el rey. «A mí me encantan los banquetes» (ella lo sabía). Entonces el rey dijo: «¡Daos prisa y llamad a Amán para hacer lo que ha dicho Ester! Fueron, pues, el rey y Amán al banquete que Ester había preparado» (Ester 5: 5).
Si bien es cierto que el rey gobierna al reino de Persia, y que Amán firma los decretos con el sello oficial del rey, es el Señor quien tiene el control de toda la situación. Y en el centro de su plan divino, Ester se vuelve invencible.
Ester debió estar pensando: ¿No es maravilloso Dios? Puede haber perdido la cabeza, pero en vez de eso, estoy aquí en este banquete que he preparado. El plan está funcionando a la perfección. ¡Qué sorprendente!
Es que Dios está lleno de sorpresas. Pero es necesario tener un espíritu sensible para verlas, para ser impactado por ellas. Son muchos los cristianos que caen en el debilitamiento. Algunos pueden cantar a todo pulmón todos los himnos cristianos, repetir versículos de la Biblia, y citar a este Pastor y aquel maestro, pero en sus vidas cristianas, en lo más profundo, están agotadas. ¿Está usted en esa condición? Cuando eso sucede, usted se vuelve duro e insensible, y le espera una vida de aburrimiento y mediocridad. ¡Qué trágico sería que le suceda eso! La vida de la fe ha sido creada para ser una vida de aventura, llena de constantes y muy agradables sorpresas.
¡Esté pendiente de las sorpresas!
Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.