Romanos 11:33
¡Cuán insondables son sus juicios
e inescrutables sus caminos!
Romanos 11:33
Los caminos de Dios están enredados con los caminos del mundo. Unos pocos ejemplos: Dios exalta a los humildes, pero el mundo exalta a los orgullosos. Dios asigna grandeza, no a los amos, sino a los siervos. Dios se impresiona, no con el ruido, o el tamaño, o la riqueza, sino con las cosas quietas . . . hechas en secreto: los motivos internos, la verdadera condición del corazón. Dios envía vacíos a los arrogantes y ricos, pero reúne para sí a los humildes, los quebrantados, los presos, las prostitutas y los arrepentidos. El mundo honra al guapo, al talentoso y brillante. Dios sonríe al lisiado, aquellos que no pueden mantenerse al paso. Todo esto pone nervioso al mundo.
Como Dietrich Bonhoeffer escribió en El Costo del Discipulado: «Y así los discípulos son extraños en el mundo, huéspedes intrusos, perturbadores de la paz. ¡Con razón el mundo los rechaza!»
Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.