Mateo 11:28-30

¿Es extraño, no es cierto, cómo tendemos a ir a los extremos? Lo que comienza como auto mejoría se convierte en auto esclavitud . . . lo que comienza como un simple y suave cambio de ritmo conduce a un maratón de fanatismo. ¡Estamos locos! Si se nos deja solos, casi siempre optaremos por los extremos. Lo que explica por qué el Libro de Dios enfatiza a menudo la moderación, el auto control, el suavizar de las esquinas agudas de nuestra vida con curvas más suaves que requieren conducir a una menor velocidad.

Calmadamente, el salmista nos aconseja a quedarnos «quietos» para poder conocer que Dios es Dios (Salmos 46:10). El mismo Jesús encontró que era esencial escaparse de la presión de la gente para poder reenfocarse. En varias ocasiones Él se levantó bastante temprano solo para poder estar a solas. Inmediatamente después del regreso de Sus discípulos, acalorados y sudados por el ministerio, Él tuvo la idea de que se apartaran y renovaran. ¿Y quién puede olvidar Su invitación llena de gracia? A menudo regreso a ella solo para dejarla pasar como agua refrescante sobre mí.

«Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana». (Mateo 11:28-30)

En un día de alta tecnología y altas presiones, Él nos ofrece descanso. Dos veces en una sola declaración. Mientras que muchos son demandantes, Él es gentil. Mientras que la competencia es tosca y el estar en equipo con líderes que avanzan y atacan con todo es difícil, el estar en yugo con Él es fácil. Sí, fácil. Y en vez de incrementar nuestra carga de ansiedad, Él promete hacerla más liviana. ¿Nos sorprende que el estilo y el mensaje de Jesús haya causado tanto revuelto? Mientras muchos estaban apilando culpa sobre culpa, más «deberes» y «exigencias», Él, con tonos suaves, ofrecía alivio.

Pregunta: ¿A dónde va usted para hallar la tranquilidad suficiente para volver a descubrir que Dios es Dios? ¿En qué dirección gira cuando sus días y noches comienzan a mezclarse en una sola cosa? ¿Qué lugar se convierte en su escondite para que pueda cosechar un poco de perspectiva y pueda recuperar un poco de cordura? ¿Dónde encuentra alivio de la fiebre de los extremos?

«¿Hay alguien quien me pueda detener, por favor?»

Hay Uno que lo hará, si usted se lo permite. Como en los días de antaño, Él está esperando en esa pequeña barca, listo para navegar con usted a una ribera más tranquila. Pero, para entrar es necesario que primero deje ir. Usted no puede jalar consigo todas esas maletas personales. Solo hay espacio para dos.

Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.