Salmo 62:5-8

Cuando hay dolor, desconsuelo, aflicción y pérdida, a menudo ayuda escribir nuestros sentimientos. . . no solo sentirlos. Poner palabras sobre papel parece liberar a nuestros sentimientos de la solitaria prisión de nuestras almas.

Fue C. S. Lewis quien escribió:

«Su ausencia es como el cielo, extendido sobre todas las cosas. . . Nunca nadie me dijo que la pena era tan parecida al temor. No es que tenga miedo, sino la sensación de estar con miedo. Las mismas mariposas en el estómago, la misma inquietud, los bostezos. Me las paso tragando».

La finada escritora Ada Campbell Rose fue la que escribió:

«El manto de la pena cae sobre mí cada hora del día y me cubre mientras duermo. ¿Se alejará alguna vez?»

El rey David fue quien escribió:

«Aun cuando yo pase por el valle más oscuro,
no temeré, porque tú estás a mi lado.
Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan». (Salmos 23:4)

Fue el apóstol Pablo quien escribió:

«He recibido de Dios revelaciones tan maravillosas. Así que, para impedir que me volviera orgulloso, se me dio una espina en mi carne, un mensajero de Satanás para atormentarme e impedir que me volviera orgulloso. En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte». (2 Corintios 12:7-10)

Fue el pastor escoses George Matheson quien escribió:

«Mi Dios, nunca te he agradecido por mi espina. Te he agradecido mil veces por mis rosas, pero ninguna vez por mis espinas. He estado anticipando un mundo en que recibiré compensación por mi cruz, pero nunca he pensado en mi cruz como una gloria actual. . . . Enséñame la gloria de mi cruz, enséñame a valorar mi espina. Muéstrame eso. He escalado hacia Ti por el camino del dolor. Muéstrame que mis lágrimas han creado mi arcoíris».

Al sentir hoy las punzantes espinas del dolor, ¿qué escribe usted? ¿Nada? La sanidad se para con brazos cruzados esperando leer sus palabras. Poco sorprendente que usted aún se encuentre sangrando.

Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.