Salmo 100:3

Reconoced que Jehová es Dios;
Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo suyo somos, y ovejas de su Prado.

Salmo 100:3

Vivimos hoy en la cultura del microondas. Si lleva más de 5 minutos preparar el almuerzo, ¡es mucho tiempo! Anteriormente, uno tenía que esperar que el televisor se caliente. ¿Puede imaginárselo? Uno no podía oprimir un solo botón en el teléfono para llamar a casa según un número determinado de antemano; uno tenía que marcarlo . . . con el dedo, encima de eso. ¡Eso sí que es hablar de la edad de piedra! Recuerdo que pasé por un lote vacante hace un tiempo, y luego pasé por el mismo lugar varias semanas después. En donde no había habido sino hierba y maleza, latas vacías de cerveza, y basura pocos días antes, ahora había una enorme bodega, ensamblada de secciones prefabricadas, lista para recibir mercadería.

Así es la vida de hoy. Rápida. Comprimida. Condensada. Hecha de golpe y porrazo. Pero no es así en la escuela del desierto de Dios. Cuando se trata de andar con Dios, no existe cosa tal como madurez instantánea. Dios no produce en masa a sus Santos. Él talla a mano a cada uno y siempre se toma más de lo que esperamos.

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.