Proverbios 1

Algunos resisten obstinadamente la sabiduría porque son de voluntad firme y rehúsan rendirse. Otros no escuchan el consejo sabio simplemente por insensibilidad. Dos factores:

  1. Indiferencia

Desecharon todo consejo mío. . . (1:25a)

El término hebreo para “desechar” significa abandonar algo o ignorarlo. La idea representa a un ser humano que no quiere que el consejo de Dios le cause algún impacto en sus pensamientos, palabras o acciones. Es cuando escuchamos a alguien decir: “Me importa un comino”. Aunque no lo crea, esa clase de reacción refleja un bajo sentido de autoestima. Los estudios psicológicos que se realizaron en la década de 1990 sugieren un vínculo entre el enojo pasivo-agresivo y una actitud de dejar las cosas para último momento. Cuando las personas no terminan aquellas tareas que las beneficiarían, el problema puede originarse en una actitud de odio personal. Esos estudios observaron y luego cuantificaron lo que Salomón mostró hace casi tres mil años:

El oído que atiende a la reprensión de la vida vivirá entre los sabios. El que tiene en poco la disciplina, menosprecia su vida (15:31, 32).

La indiferencia también puede sugerir una hostilidad en contra de Dios. Al igual que un hijo que rehúsa intencionalmente obedecer las instrucciones de sus padres, nosotros también hacemos lo mismo con el consejo de Dios. Dios, sin embargo, no sufre las consecuencias de nuestra indiferencia. Trágicamente, nosotros sí.

  1. Estar a la defensiva

. . . Y no quisieron mi reprensión (1:25b).

El lenguaje hebreo es extremadamente colorido. La Frase «no quisieron» da a entender una falta de disposición, un deseo de rechazo. Representa a una persona que no acepta su responsabilidad cuando se le confronta por una mala acción. Una persona que siempre está a la defensiva comúnmente emplea una de las siguientes tres estrategias:

Negación: el rechazo claro de no aceptar la verdad en una situación, especialmente con respecto a la culpabilidad individual.

Minimización: rehusar ver la perspectiva completa da un asunto o considerarla irrelevante.

Culpar a otro: asignar la responsabilidad a otra persona o justificar las propias acciones como si fuesen una reacción razonable a la mala actuación de otra persona.

El necio generalmente utiliza estas estrategias para evitar el dolor y el sufrimiento, excusándose en la auto preservación. Salomón, sin embargo, lo llama odio contra sí mismo, es decir, un menosprecio de su propia vida (Proverbios 15:32). Palabras poderosas de un hombre sabio que vio cómo la vida de los insensatos terminó pronto porque rehusaron escuchar la advertencia del sabio.

Reflexión: ¿Es usted de aquellos que tiene que aprender una lección por las malas o es de los que escucha advertencias? Trate de recordar la última advertencia que escucho y anótelo. ¿Cuál fue su reacción interna? Durante la próxima semana, trate de escribir las diferentes advertencias que reciba y analice su actitud hacia ellas como una forma de medir su reacción a la disciplina.

 

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios  (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.