Soledad y Serenidad

Proverbios 2:2

Presta atención a la sabiduría
y conságrate de todo corazón a la inteligencia.
Proverbios 2:2

Una inquietud interna crece en nosotros cuando rehusamos estar a solas [con Dios] y examinar nuestro corazón, e incluso nuestros motivos. Conforme nuestras vidas empiezan a recoger la basura que acompaña a muchas de las actividades en la que participamos, podemos entrenarnos para seguir adelante, mantenernos activos, y estar atareados en la obra del Señor. A menos que nos disciplinemos para dar un paso atrás, estar a solas para el arduo trabajo del examen propio en tiempos de soledad, la serenidad seguirá siendo solo un sueño distante. Cuán atareados podemos llegar a estar . . . y como resultado, ¡cuán vacíos! Decimos palabras con nuestros labios, pero en realidad no quieren decir nada. Nos encontramos traficando en verdades que no se viven. Fingimos espiritualidad . . .

Qué fácil es caer presa de charla insulsa, respuestas de cajón, y actividades sin sentido. Nunca se supuso que debía ser así; pero, más a menudo que no, así son las cosas. Para romper el hábito, se requiere soledad. El arduo trabajo del examen propio en forma recurrente es absolutamente esencial.