Mateo 6:1

Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. —Mateo 6:1

 

SEÑOR DIOS, TE AGRADECEMOS por el ejemplo de Jesucristo nuestro Salvador, quien, cuando caminó en esta tierra, se vistió de autenticidad. Queremos ser tan genuinos como nuestro Salvador lo fue—sin falsedades, ni orgullo, ni fingimiento en nuestro compromiso contigo, sino más bien una fe genuina y verdadera. Sabemos que eso requiere de valor. Se necesitan agallas para vivir la vida real ante un mundo que ha perdido el rumbo, donde la hipocresía con frecuencia se modela y enmascara como piedad religiosa.

Perdónanos, Padre, por la forma en que sutilmente buscamos el aplauso de los demás, esperando que se impresionen con nuestra humildad o generosidad o aun lo que llamamos autenticidad, que en realidad no lo es. Oramos para que seamos personas más efectivas en lo secreto de lo que podamos ser en público y como resultado nos veas como somos. Queremos honrarte y sabemos que las recompensas vendrán como algo entre Tú y nosotros.

Padre, ayúdanos a reconocer la reprensión y que ésta nos lleve a la restauración para que lleguemos a ser como Cristo. No queremos ser como los fariseos que estaban tan impresionados con ellos mismos. Al contrario, queremos ser impresionados solamente por Ti, al grado de que nos olvidemos de nosotros mismos. Que eso sea siempre nuestra actitud, dándote la gloria que mereces. Oramos en el nombre fuerte de Jesucristo. Amén.

Véase también Mateo 6:4-18; 23:13- 51; Romanos 12:9; Santiago 3:17; 1 Pedro 2:1-2.

 

EL LADO OSCURO

Mark Twain usaba una ilustración que nunca he olvidado: «Las personas son como la luna. Siempre tienen un lado oscuro que no enseñan a nadie».

Para los hipócritas y aquellos que intentan encubrir las cosas, ese lado oscuro ha existido por años detrás de una máscara cuidadosamente creada. Solo pocos saben la verdad y a veces nadie. Pero una vez que la verdad queda expuesta con toda su frialdad, la reacción es sorpresiva. Aquellas personas que se consideraban devotas terminan desilusionándose por la hipocresía.

La muerte expuso el otro lado de la luna de Elvis Presley y sacó a la luz lo que estuvo escondido por muchos años. Un artículo de la revista Life en junio de 1990 nos dio otro recordatorio de lo diferente que puede ser la imagen pulida de un hombre cuando se muestra su realidad aterradora. El título del artículo apropiadamente era: «Al final de la calle solitaria». El artículo hablaba de cómo Elvis vivía encerrado en una cueva de depresión y desesperación y que solo los medicamentos y drogas le ayudaban a sobrevivir.

Ya que ni usted, ni yo somos invencibles a la seducción de la hipocresía, permítame decirle lo siguiente. La lección es obvia: la ruta más segura a la avenida de la autenticidad tiene dos vías, la sinceridad y la vulnerabilidad. En contraste, la ruta alterna termina en la calle sin salida de la soledad. Ese escenario se describe mejor en un versículo del antiguo libro de Números: «Tened por seguro que vuestro pecado os alcanzará» (32:23).  Un pensamiento acosador pero cuan cierto.

No puedo explicarle cómo o por qué, pero sé que los esqueletos no se quedan dentro del closet…  las mentiras no siempre se mantienen privadas… el adulterio no permanece en secreto… y los hechos ocultos que se realizan en la oscuridad finalmente salen a la luz. Cuando eso ocurre, el estómago de los hipócritas comienza a revolverse, sabiendo que solo es cuestión de tiempo, antes de que toda la verdad, con toda su frialdad, sea expuesta.

Adaptado del libro, Responde a Mi Clamor: Aprenda a comunicarse con un Dios que se preocupa por usted (Worthy Latino, 2014). Copyright © 2014 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.