Un regalo extendido

Lucas 21:1-4; Efesios 2:8, 9; Mateo 2:11

No es demasiado tarde para dar algunas cosas esta Navidad. No solamente el día de Navidad, sino durante los días posteriores al 25 de diciembre. Podríamos llamar a estos regalos diarios «nuestros proyectos de Navidad». Tal vez puede dar uno diario desde hoy hasta el final del año. A continuación, encontrará treinta y dos sugerencias. Haga su elección.

• Enmiende algún desacuerdo.
• Busque a un amigo que tenga olvidado.
• Deje a un lado la desconfianza.
• Escriba esa tan esperada nota de amor.
• Abrace a alguien con fuerza y susúrrele al oído: «Te amo tanto».
• Perdone a un enemigo.
• Sea amable y paciente con una persona que se encuentra enojada.
• Exprese gratitud.
• Alegre el corazón de un niño.
• Encuentre el tiempo para cumplir una promesa.
• Prepare algo de comer para alguien más. Anónimamente.
• Deje ir el resentimiento.
• Escuche.
• Hable con amabilidad a un extraño.
• Sienta el dolor de alguien más.
• Sonría. Ría un poco. Ría un poco más.
• Salga a caminar con un amigo.
• Arrodíllese y acaricie a un perro.
• Lea un poema, o dos, a su pareja o a un amigo.
• Disminuya sus exigencias hacia los demás.
• Ponga música hermosa durante la cena.
• Discúlpese si se ha equivocado.
• Converse con el televisor apagado.
• Invite a alguien a comer un helado.
• Lave los platos de su familia.
• Ore por alguna persona de la cual recibió ayuda cuando estuvo en necesidad.
• Prepare el desayuno para alguien el sábado en la mañana.
• Dé una respuesta amable, aunque se encuentre ofuscado.
• Anime a una persona mayor.
• Recalque una cosa que aprecie de alguien con quien trabaja o con quien vive.
• Ofrezca cuidar los niños de una madre cansada.
• Dele un respiro a su profesor, sea especialmente cooperativo durante su clase.

Hagamos de esta Navidad un regalo largo y extendido de nosotros mismos hacia los demás. Desinteresadamente.  Sin anuncio.  Sin obligación.  Sin reserva o sin hipocresía.

Eso es el cristianismo, ¿no es así?