El nacimiento de Jesús cumplió las profecías y promesas de un Mesías que vendría. Comprender su significado requiere lectura y reflexión. Este plan de lectura para el Adviento le ayudará a apreciar mejor estos acontecimientos y le permitirá prepararse para la Navidad.
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Día 1 — Promesas de esperanza en la caída
«Y pondré hostilidad entre tú y la mujer,
y entre tu descendencia y la descendencia de ella.
Su descendiente te golpeará la cabeza,
y tú le golpearás el talón» (Génesis 3:15).
Día 2 — Bendición para todas las generaciones
«Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de t» (Génesis 12:3).
Día 3 — Cetro de esperanza inquebrantable
«El cetro no se apartará de Judá
ni la vara de mando de sus descendientes,
hasta que venga aquel a quien le pertenece,
aquel a quien todas las naciones honrarán» (Génesis 49:10).
Día 4 — Estrella de la promesa
«Lo veo a él, pero no aquí ni ahora.
Lo percibo, pero lejos, en un futuro distante.
Una estrella se levantará de Jacob; un cetro surgirá de Israel. Aplastará la cabeza del pueblo de Moab, y partirá el cráneo de la gente de Set» (Números 24:17).
Día 5 — La voz que nos llama
«Levantaré un profeta como tú de entre sus hermanos israelitas. Pondré mis palabras en su boca, y él dirá al pueblo todo lo que yo le ordene» (Deuteronomio 18:18).
Día 6 — El Hijo que trae paz
«El rey proclama el decreto del Señor:
“El Señor me dijo: ‘tú eres mi hijo.
Hoy he llegado a ser tu Padre’”» (Salmo 2:7).
Día 7 — Reino Eterno de amor
«Tu casa y tu reino continuarán para siempre delante de mí, y tu trono estará seguro para siempre»
(2 Samuel 7:16).
Día 8 — Señor que sostiene y protege
«Los pusiste a cargo de todo lo que creaste,
y sometiste todas las cosas bajo su autoridad» (Salmos 8:6).
Día 9 — La soledad del Salvador
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda?» (Salmos 22:1).
Día 10 — Rechazado, siempre amado
«Pero yo soy un gusano, no un hombre;
¡todos me desprecian y me tratan con desdén!» (Salmos 22:6).
Día 11 — La Piedra firme
«La piedra que los constructores rechazaron
ahora se ha convertido en la piedra principal» (Salmos 118:22).
Día 12 — Emanuel: amor encarnado
«Muy bien, el Señor mismo les dará la señal. ¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”)» (Isaías 7:14).
Día 13 — Roca que nos dirige
«Él te mantendrá seguro. En cambio, para Israel y Judá será una piedra que hace tropezar a muchos, una roca que los hace caer. Y para el pueblo de Jerusalén será una red y una trampa» (Isaías 8:14).
Día 14 — Un Niño, nuestra esperanza
«Pues nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado» (Isaías 9:6a).
Día 15 — El Rey de paz eterna
«El gobierno descansará sobre sus hombros,
y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz» (Isaías 9:6b).
Día 16 — El Pastor que nos guarda
«Alimentará su rebaño como un pastor;
llevará en sus brazos los corderos
y los mantendrá cerca de su corazón.
Guiará con delicadeza a las ovejas con crías» (Isaías 40:11).
Día 17 — El Siervo que lleva nuestras cargas
«Miren a mi siervo, al que yo fortalezco; él es mi elegido, quien me complace. He puesto mi Espíritu sobre él; él hará justicia a las naciones» (Isaías 42:1).
Día 18 — Luz y mano protectora
«Yo, el Señor, te he llamado para manifestar mi justicia. Te tomaré de la mano y te protegeré, y te daré a mi pueblo, los israelitas, como símbolo de mi pacto con ellos. Y serás una luz para guiar a las naciones.
Abrirás los ojos de los ciegos; pondrás a los cautivos en libertad, soltando a los que están en calabozos oscuros» (Isaías 42:6-7).
Día 19 — Conocedor del dolor
«Fue despreciado y rechazado: hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo. Nosotros le dimos la espalda y desviamos la mirada; fue despreciado, y no nos importó. Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó; fueron nuestros dolores los que lo agobiaron. Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios, ¡un castigo por sus propios pecados!» (Isaías 53:3-4).
Día 20 — Herido por nuestra paz
«Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones
y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados» (Isaías 53:5).
Día 21 — Ungido para consolar
«El Espíritu del Señor Soberano está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado para consolar a los de corazón quebrantado y a proclamar que los cautivos serán liberados y que los prisioneros serán puestos en libertad» (Isaías 61:1).
Día 22 — Del pesebre al trono
«Pero tú, oh Belén Efrata, eres solo una pequeña aldea entre todo el pueblo de Judá.
No obstante, en mi nombre, saldrá de ti un gobernante para Israel, cuyos orígenes vienen desde la eternidad» (Malaquías 5:2).
Día 23 — El Sol de nueva vida
«Sin embargo, para ustedes que temen mi nombre, se levantará el Sol de Justicia con sanidad en sus alas. Saldrán libres, saltando de alegría como becerros sueltos en medio de los pastos» (Malaquías 4:2).
Día 24 — El Hijo del Altísimo, esperanza viva
«Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. Y reinará sobre Israel para siempre; ¡su reino no tendrá fin!» (Lucas 1:31-33).
Día 25 — Salvador, nuestro gozo eterno
«Pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, ¡la ciudad de David!» (Lucas 2:10-11).
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