Génesis 40:4-19

Al leer esto sonrió, porque si alguien debía tener cara triste, ese sería José. Su situación era mucho peor que la de ellos. Estos estaban allí por un capricho del faraón, y seguramente no estarían allí para siempre. Pero José había sido acusado por la esposa del jefe de los verdugos, y no sabía si volvería a ver otra vez la luz del día. Pero, a pesar de sus propias circunstancias, José se dio cuenta de la situación de estos dos hombres.

Cuando nuestro corazón es recto, aunque nuestro mundo personal se nos haya venido abajo, es admirable lo sensibles que podemos ser con alguien que esté atravesando por algún problema. Esa persona no tiene que decirnos lo que le está sucediendo. En vez de decirles: «¡Ustedes creen que tienen mucho de que quejarse! ¡Esperen que les cuente mis problemas!», José les dijo: «¿Por qué están ustedes tan tristes hoy, muchachos? ¿Qué les sucede?». Reconozco que es obvio que esto no es algo que se pregunta en una cárcel, pero pone de manifiesto la capacidad de José de pensar más allá de sus problemas y necesidades inmediatas, para ministrar misericordia a los demás.

Una de las cosas hermosas en cuanto a la actitud correcta es que, con ella, cada día es un día de sol. Uno no tiene que tener días sin nubes para que sean días soleados.

En realidad, es sorprendente que José quisiera tener que ver algo con los sueños. La última vez que lo hizo, ¿recuerda lo que sucedió? Les contó sus sueños a sus hermanos, y eso fue la «Operación hoyo», y terminó en un mercado de esclavos de Egipto. Usted pensaría que él habría dicho: «¡Qué va, amigos! Yo no quiero saber más de sueños en toda mi vida». Pero José no era un hombre así. El dijo: «¿De veras? ¿Tuvieron un sueño? Cuéntenmelo».

Eso es lo que hace una actitud positiva. Hace que olvidemos los problemas de cada día. Lo preparará para la acción. Le liberará de dificultades emocionales. Le mostrará oportunidades para ministrar en situaciones en las que jamás se habría involucrado.

Una de las cosas hermosas en cuanto a la actitud correcta es que, con ella, cada día es un día de sol.

Charles R. Swindoll Tweet esto

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.