Probablemente el asunto más importante para entender la profecía es si se debe o no entender literalmente. Una presuposición ampliamente extendida es que en tanto que las Escrituras ordinarias se pueden interpretar de una manera literal, con los términos reteniendo su significado natural, las porciones proféticas de la Biblia se deben tratar como caso especial, en el que el significado literal o natural ya no es aplicable.

Durante los primeros dos siglos la iglesia primitiva se inclinó a interpretar la profecía en forma literal. Así que esperaban que Cristo vuelva a la tierra para establecer su reino y reine por mil años, después de los cuales establecería los nuevos cielos y la nueva tierra. Una escuela de teología que brotó en Alejandría, Egipto, alrededor del año 190 d.C., intentó combinar la interpretación bíblica con el idealismo del filósofo griego Platón. Esto resultó en que eso líderes tomaron la Biblia como una alegoría extensa y no literalmente.

Rechazando esta posición, la iglesia primitiva pudo restaurar a la iglesia como un todo y regresar a la interpretación normal, gramatical, histórica y literal de la Biblia. Sin embargo, en cuanto a la profecía esto fue más difícil, puesto que habían profecías que todavía no se habían cumplido, y así que la iglesia no logró por completo derrotar la interpretación no literal de la profecía.

La iglesia primitiva titubeó hasta cierto punto en la manera de enfocar la profecía y su interpretación. Esto se cristalizó hasta cierto punto con las enseñanzas de Agustín (354-430). Él sostenía que en tanto que la Biblia se debe interpretar en un sentido normal o literal en la mayoría de aspectos, en lo que se refiere a la profecía no se la debía tomar literalmente. Esta noción fue entonces adoptada por la iglesia Católica romana, y desdichadamente los reformadores protestantes también echaron mano de la noción de Agustín en lugar de acogerse a las nociones de la iglesia primitiva.

Sin embargo, muchos de estos mismos dirigentes teológicos dijeron que algunos eventos proféticos se cumplirían literalmente. Por ejemplo, la iglesia Católica romana cree en un infierno literal, una segunda venida literal, y juicios divinos literales, pero niega un futuro reino milenial literal. Tal vez se debe a que en el reino milenial Israel será un factor importante. Y puesto que la iglesia consiste principalmente de gentiles, ha habido una resistencia inconsciente a la idea de que los judíos tengan un futuro importante. El problema de negar un cumplimiento literal de la profecía, y especialmente un reino milenial literal, todavía persiste en muchas iglesias hoy en día.

Si alguien no interpreta literalmente las claras afirmaciones de la profecía, no hay regla por la cual se pueda establecer algún consenso de significado; la existencia de una amplia diversidad de interpretaciones muestra el fracaso de este enfoque. Unas cincuenta interpretaciones diferentes se pueden presentar para un solo pasaje de Apocalipsis, que fácilmente se puede entender si se lo interpreta de su manera natural.